Capítulo 14: La cólera del hada verde

73 14 120
                                    

En cuanto veo a Stella aproximarse con ese semblante preocupado, se me cae el alma al suelo e imagino lo peor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

En cuanto veo a Stella aproximarse con ese semblante preocupado, se me cae el alma al suelo e imagino lo peor. Me da una rabia enorme darme cuenta del poder que tienen esos ojos azules y su cabello dorado sobre mí. Recuerdo el giro de los acontecimientos de anoche y me siento ridículo.

Tras conocer a Ellie y decidir que me encantaba, me vi obligado a volver a la habitación al ser consciente de que sobraba en aquella escena. Sus amigas me miraban amablemente pero era evidente que ocurría algo entre ellas y que no existía la suficiente confianza para que lo compartieran conmigo. No me molestó, lo comprendí perfectamente, aunque he de reconocer que sentí mucha curiosidad por conocer la verdad.

Volví a mi cuarto pensando en esos ojitos serios que tan cautivado me tenían y durante una larga ducha no me acordé ni de Riven y su descubrimiento del cadáver del pastor, ni de Bloom y su pésima idea de salir al bosque ella sola y mucho menos de mi exnovia celosa patológica.

Sin embargo, al salir del baño la encontré en mi cuarto, sentada en mi cama con una pose tan sensual que me dieron ganas de mandarla a la mierda a gritos. ¿Es que no se daba cuenta del daño que me provocan sus acciones? ¿Acaso pensaba que podía ir y venir como si nada, desordenando mi vida a su paso? Estaba harto de tanta tontería.

—No puedes estar aquí, Stel. —Ni siquiera la miré a los ojos al decirlo. Me limite a buscar una camiseta con la que cubrirme el torso.

Antes de que me diera cuenta, ella estaba detrás de mí y sus suaves manos acariciaban mis brazos ocasionando que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Su olor a jazmín era tan atrayente que me dificultaba en demasía rechazarla.

—Me iré antes de que amanezca —aseguró.

«He ahí la cuestión. Siempre te marchas» pensé. Era prácticamente imposible resistirse a sus caricias pero la voz de la razón repetía en mi mente todo el daño que me había producido nuestro noviazgo. Así que me armé de valor y rompí la magia de su tacto para enfrentarla de frente.

—No puedes hacerme esto, Stel. —Su rostro se tornó serio—. Me dejaste tú.

Me alejé de ella como si eso pudiera hacerle desistir; la Princesa de Solaria no era de las que se rendía fácilmente, eso lo sabía yo de sobra.

—Lo sé.

La rabia inundó mi alma con una rapidez imposible de frenar. ¿Qué lo sabía? ¿En serio? ¿Qué mierda de persona es consciente del daño que produce y aún así continúa en su incesante persistencia? No conozco a nadie tan egoísta como ella.

—No sé nada de ti durante todo el verano, pero hablo con una de primero... —le reproché.

—Sí, lo sé. ¿Vale? —No pude creer que fuera ella quien se molestara. No tenía derecho a hacerlo—. Lo siento.

Esa fue mi perdición. Esa estúpida disculpa que llevaba esperando escuchar durante meses y que había sido objeto de mis sueños e imaginación todo el verano. Una puta disculpa por algo tan obvio como lo fue abandonarme y romperme el corazón tras el accidente. Y ahí la tenía.

·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔𝒊𝒐𝒏𝒔 ·  ✨ꜰᴀɴꜰɪᴄ ꜰᴀᴛᴇ: ᴛʜᴇ ᴡɪɴx ꜱᴀɢᴀ✨Where stories live. Discover now