Desmadre

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Adentrándose en el local “Color Canela” atravesó primero la estancia del bar, una zona más tranquila en el que las personas podían sentarse alrededor de una barra curvilínea enorme con música ambiente pero nada efusiva y al subir por unas escaleras metálicas al interior del lugar llegaban a un segundo piso que insonorizado hacía las veces de un karaoke/bar.

A veces había música en vivo y tenía noches de karaoke como aquella noche en que ella había quedado con sus amigas. – ¡Ahí está! Por fin llegas mujer. – Dijo Marina en cuanto la encontró. – Los de la otra mesa ya están haciendo sus listas. – Aseveró sacando su mejor lado competitivo.

Alana se echó a reír. – No empieces, se supone que venimos a pasarlo bien no a verte irte de madrazos con los de las otras mesas. – 

-¡Esto es guerra! – Gritó Marina haciendo un puño y gruñidos cómicos.

-Hola amor. – Amelia fue la única en recibirla con un beso en la mejilla. – ¿Qué tal ha ido? – Preguntó buscando su rostro.

Luisita agarró la botella de la morena y le dio un largo trago. – Luego te lo cuento. – Amelia frunció el ceño. – Bueno a ver esas canciones, ponme algo de Shakira de las antigüitas. – Se rió con la cara de Marina.

-Esto va de mamarracheo, ponme algo de dramatismo ahí, un Juan Gabriel, una Rocío Durcal, una gata bajo la lluvia. – Andrea intervino relamiéndose los labios después de un trago. – Algo así bien corta venas. – Soltó una carcajada.

Amelia la miraba entretenida. – Es que ha empezado a salir con una Mexicana. – Dijo a modo de explicación haciendo que las demás estallaran en risas.

-¡Oye que no es por eso! – Le dio un leve empujón en el hombre. 

Marina negó con la cabeza escapándosele una risita. – Venga Amelia empiezas tú que de todas eres quien mejor voz tienes. –

-Gracias por lo que nos toca a las demás. – Alana se quejó cruzándose de brazos.

-Marina que esto no es la Voz, aquí entre peor cantes mejor. – Luisita se recostó en el costado de Amelia mientras se reía colocando una mano sobre su muslo.

-No no no no no rubia. Te equivocas, ves a esos de allá? – Señaló a la mesa más hacia el fondo quienes las miraban a ellas de vuelta. – Esas no vienen con ganas de mamarracheo, esas vienen a ganar y yo no pienso perder y menos ante una de ellas que se hace llamar “Lola” puff… - Resopló indignada.

-Ah pero bien que te gusta Lola Indigo. – Alana le pinchó las costillas ganando más risas de las demás.

-Bueno va, ponme algo de la Rosalía aunque no se entienda na’. – Le dio un trago a su bebida. – Uh, uh, uh ponme la del titi. – Pidió entusiasmada.

-¿Qué titi? – Preguntó con el ceño fruncido Marina.

-La del conejito malo. – Luisita puso los ojos en blanco.

-Está obsesionada. – Andrea apuntó con una risita.

-¡Dale, pónmela! – Dio una palmada en la mesa.

-Vale, vale como mande comandante. – Le hizo un saludo militar antes de anotar en el papel. – Verás tú el desmadre. – 

Ey, Tití me preguntó
Si tengo muchas novia'
Muchas novia'
Hoy tengo a una, mañana otra
Ey, pero no hay boda
Tití me preguntó
Si tengo muchas novia'
Je, muchas novia'
Hoy tengo una, mañana otra

Bandolera Where stories live. Discover now