Extra

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Leer preferiblemente en un lugar controlado ...




-Aló, si buenas. - Saludó Amelia. - Prometí a mi mujer que no haría más de estas grabaciones porque según ella son una perdida de tiempo, pero que quieren que les diga. - Se encogió de hombros. - Disfruto de esto y lo he convertido en mi placer culpable. - Se quedó pensativa. - Bueno esto y comerle... - Se detuvo a sí misma. - Bueno, que eso, que me hace gracia. - Se echó a reír. - Se preguntarán para qué coño sirve relatar nuestra historia, pero es que yo la encuentro dentro de todo muy cómica y real y además si dentro de unos años me da Alzheimer pues tendré estas grabaciones para recordarme lo que vivimos y lo mucho que conquistamos... - Se quedó pensativa de nuevo. - Ven, por eso Luisi dice que le quito el romanticismo a todo. - Se rió de nuevo.

Ajustó la cámara con una sonrisa amplia. - Bueno da igual, ¿por dónde empiezo? - Desvió la mirada pensativa. - ¡Uh! ya sé, podría contarles muchas cosas, pero hay un día en específico qué para empezar. - Movió las cejas de arriba abajo. - Empezó muy bien. - Guiñó el ojo a la cámara. - Pues verán, todo inició con...



El sol empezaba a meterse por las persianas de la habitación en aquella casa recién habitada, las demás habitaciones estaban llenas de cajas y cosas por desempacar, pero la habitación principal estaba totalmente amoblada y organizada a petición de la morena.

Todavía estaba apenas despertando la ciudad con el alba y ellas parecían no haber pegado ojo desde hacía horas, habían llegado de unas minivacaciones programadas solo para ellas dos y al llegar a su nueva casa se acostaron sobre esas sabanas limpias sin mediar apenas un par de besos y las buenas noches, pero la madrugada fue diferente. Estaban cansadas la noche anterior, pero habiendo recuperado fuerzas, la que primero se despertó decidió iniciar aquel día de la manera más productiva posible.

Y vaya si estaba siendo productivo... Dos orgasmos y uno en progreso, estaba siendo considerado como un muy buen día productivo.

Recostada boca abajo sobre la cama aferrada a las sabanas blancas, cerró los ojos soltando un gemido largo y tembloroso cuando sintió los pezones erectos de su novia rozar contra su espalda sudada y la mano viajar desde sus pechos apretados por su abdomen hasta llegar al fuego que llevaba entre las piernas, sintió los dedos largos resbalarse por sus pliegues de arriba abajo recolectando su esencia y en cada trazado le arrancaba un jadeo más profundo haciéndola retorcerse lo que en consecuencia llevaba el culo a chocar con la pelvis de su novia que se reía en su oído.

-Te voy a matar. - Refunfuñó ella como pudo cuando de nuevo la otra mujer rozó su apertura más que dispuesta a recibirla y ella en cambio se retractó.

-Si me vas a matar a punta de orgasmos, yo con gusto me muero. - Le susurró la otra en el oído con la voz ronca. - Es demasiado divertido torturarte. - Pellizcó con sus dientes su oreja mientras sus dedos iban de ida y vuelta y nunca concretaban, volvió a reírse. - Suplícame, dime como lo quieres. - Ondeaba ella misma sus caderas chocando su intimidad con el culo de su novia.

Volvió a apretar las sabanas en puños. - Recuerda que en juego largo siempre hay desquite. - Le susurró de vuelta mirándola de reojo donde solo podía ver el reflejo de su sonrisa blanca y pícara.

-Por fortuna me encanta jugar. - Rozó sus uñas recortadas sobre los pliegues húmedos y la escuchó casi ahogarse con un gemido gutural dejando escapar su nombre entrecortadamente. - Uff que sexy cuando dices mi nombre así. - Le seguía susurrando mientras sus dedos seguían rozando su intimidad, sacó los dedos ya arrugados por la humedad y los llevó a la boca de su novia y mejor amiga. - Pruébate. - La otra mujer volvió a mirarla de reojo antes de aferrar a aquellos dedos y limpiarlos con su lengua antes de meterlos al completo en la boca y empezar a chupar con avidez.

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⏰ Última actualización: Jul 24, 2023 ⏰

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