Capítulo 5: NO PUDE OLVIDARTE

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Durante el Almuerzo, Anyel tuvo que presenciar como Sophie besaba a Elián, sin importarle la gente a su alrededor, desde que Elián comenzó a frecuentar el comedor principal, todos sus amigos hicieron lo mismo, «una experiencia de autoaprendizaje»

—¿En serio dijo eso? —preguntó Esther, observando a Sophie completamente arta de sus comentarios clasistas —. ¡Autoaprendizaje! , ¿va a estudiarnos o algo así?, ¿piensa que somos ratas de laboratorio?

—¡Lo siento!, todos es por mi, si no fuera por mi presencia, Elián seguiría usando el comedor privado, junto a esas bestias.

—¡No te preocupes!, aguantaré por ti, ¿para qué son las amigas? —Anyel sonrió, tomó la mano de Esther y la sujetó con firmeza —. Además, nadie lo puede pasar peor que Elián, no se ve cómodo en los brazos de ese pulpo...

Aunque Elián trataba de evitarla, Sophie era bastante persistente. Fue en ese momento que Anyel por inercia, como ya tenia acostumbrado, llevó su mano al cuello y se dio cuenta que la cadenita no estaba. Elián notó como se paró de su lugar abruptamente. Esther intentó calmarla, sin embargo, no logró que Anyel saliera corriendo del comedor, seguida por ella.

Más tarde Sophie llevó a Elián a la habitación, donde ella dormía, lanzó su bolso sobre su cama y posteriormente se abalanzó sobre Elián, abrazándolo por el cuello, Elián por su parte, no estaba muy cómodo en ese lugar.

—¡Sabes que no me gusta venir a aquí! —reprochó él, con desagrado, logrando soltarse, Sophie se cruzó de brazos, observándolo como si lo analizará, Elián a su vez, retrocedió y se apoyó contra la puerta.

—¿De qué te preocupas mi amor? —preguntó Sophie, caminando hacia él tomándolo de sus manos. Elián sonrió y por un instante cedió ante su coquetería. —. ¡No pienses en nada!

Elián intentó no pensar en Anyel, dejándose llevar por el besó tierno de Sophie, sin embargo, en sus pensamientos solo estaba Anyel, los momentos que vivió junto a ella, se desbordaron en sus recuerdos «¡Anyel no te vayas!», «¡siempre estaremos juntos», «¡Tu serás mi esposa!». En ese momento la presión de su cabeza, no lo dejó continuar, deteniéndose abruptamente en el cuello de Sophie.

—¿Qué tienes en el cuello? — Elián tomó la cadenita en su mano, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, la reconoció de inmediato, con solo ver sus iníciales en la parte posterior.

—¿Qué sucede?

—¿De dónde sacaste esto? —preguntó totalmente alterado, Sophie se lo retiró del cuello de inmediato.

—¡No es nada!

—¿Pregunté que de dónde la sacaste? — volvió a preguntar esta vez, sujetando a Sophie de sus brazos con firmeza.

—¡Elián me lastimas! —dijo zafándose de él —. La encontré es todo...

Elián no creyó absolutamente nada de lo que dijo, él se la quitó de las manos y salió furioso de la habitación. Caminó hacia los salones, de alguna manera averiguaría que sucedió entre Sophie y Anyel. Esther parecía muy cabizbaja, Amelia preguntó por la ausencia de Anyel, por un momento pensó que algo podría haberle ocurrido, eso explicaría la cara de Esther, pronto tocarían la campana y normalmente siempre estaban juntas. Esther comentó lo sucedido, informando donde encontraba, algo que le sirvió de mucho a Elián, quien se escondía detrás de un pilar de piedra. De igual manera Esther le encargó a Amelia, que si veía la cadenita de Anyel se la devolviera.

—¡Lo haré! —respondió Amelia con amabilidad.

—¡Es muy importante para ella!

En el camarín, Anyel se encontraba hincada en el suelo, buscando con desesperación. Realmente sentía ganas de llorar, ya había recorrido todo el patio donde estuvo en clases de deporte, sin obtener resultados. Tapó su rostro con ambas manos, sintiendo una gran frustración, hasta que una voz le devolvió el alma al cuerpo.

Vuelvo a verte otra vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora