Capítulo 17: RENUNCIARE A TODO POR TI

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Al día siguiente Thomas conversó con Jack sobre su último intento por buscar a Elián, esperaba de corazón que todo funcionara. De pronto sonó el teléfono, Jack contestó y su cara de preocupación se desvaneció, la que llamaba era Erika, no podía creer que fuera ella después de tantos días, al parecer Erika tenia el día libre, Jack le propuso tomar un café para conversar, a pesar de que la nota no había llegado a las manos correctas o por lo menos eso pensaban, Erika no tenía la culpa y a Jack le agradaba bastante. Rápidamente al término de la llamada, se arregló y le encargó a Thomas la seguridad de ambas.

La fiesta era a las siete en punto y el vuelo de regreso a Chile era a las ocho y media. Thomas tenía una hora y media para localizar a Elián, si no llegaba antes del vuelo, perdería toda oportunidad de hablar con Anyel.

Thomas se desapareció durante la tarde, observó desde fuera el recinto en el cual se realizaría la fiesta. Miró a Elián bajar de un vehículo, era como si fuera cavando su propia tumba. Al mirar su reloj, eran las siete con diez minutos, Thomas se acercó a la entrada, un hombre muy grande estaba de guardia esa noche, perpetuándole a Thomas una mirada bastante escalofriante.

—¿Quién eres? —preguntó el guardia.

—Soy un invitado, vengo a la fiesta del compromiso de Elián, tengo invitación, mi nombre es Thomas Blair.

—¡Thomas Blair! —exclamó revisando una lista de invitados, el sujeto se negó a dejarlo entrar, por ordenes de la señora Leblanc.

—¿Cuánto te pagan por hacer esto? — preguntó Thomas con seriedad, el hombre sonrió, al parecer veía a Thomas como muy poca cosa.

—Me paga bien, algo que tú no podrías compensar —asumió el sujeto.

—¡Te pagaré el triple! —indicó Thomas sujetando el saco que llevaba puesto dejando ver los billetes en el bolsillo de su camisa. El hombre quedó sorprendido, miró nervioso, en varias direcciones y se hizo a un lado para que Thomas entrara. Thomas le entregó todo el dinero que llevaba con él en ese momento, ambos quedaron verdaderamente conformes.

Cuando logró entrar al recinto, observó gente bastante distintiva, en el centro del salón en la mesa principal, Ivette realizaba un brindis en honor a su hijo, todos estaban radiantes. La rabia lo invadió de pies a cabeza, recordó el llanto de Anyel, provocado por la víbora que Elián tendría de prometida, no podía sentir otra cosa más que desprecio. El padre de Rose también dedicó unas palabras, estaban realmente felices, pero Elián aun no mostraba su felicidad, parecía un verdadero funeral para él.

—¿Alguien quiere decir algo? —preguntó Edgar a los familiares y amigos, Thomas tomó una copa de champaña de una bandeja y salió a la vista de todos.

—¡Yo quiero hacer un brindis! —indicó Thomas, Elián se levantó con felicidad. Ivette por el contrario observaba a la puerta, al primer guardia que viera le pediría que lo sacaran, Elián caminó hacia Thomas y lo abrazó con fuerza.

—¿Cuándo llegaste? —pregunto Elián, haciendo la sonrisa que debió hacer desde un inicio, al estar en una fiesta que hace semanas estaba organizando.

—Llegué ayer, quería comprobar por mí mismo, que eras feliz, después de ir a París y amar tanto a esta mujer — indicó Thomas observando a Rose con seriedad.

—¿París?, no comprendo... ¿cómo sabes que fui a París? —preguntó Elián.

—¡Es cierto! —exclamó Thomas desanimado.

—¡Sí!, tenía una reunión de negocios, pero fui con Edgar, fueron tres días — comentó Elián —. ¿Qué ocurre?

Ivette estaba en shock, ni siquiera podía hablar, estaba petrificada, un miedo carcomió su corazón, necesitaba actuar con rapidez.

Vuelvo a verte otra vez...Where stories live. Discover now