Capítulo 12: NO PUEDO VERTE COMO UNA HERMANA

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La actitud de los tres cambio repentinamente, Elián estaba desconcertado, la mente de Thomas parecía deambular en otro lugar, preguntarle por Anyel seria perder el tiempo. Cuando llegó no la vio donde habían acordado, imaginar cosas solo aumentarían su preocupación, esperó al primer descanso, buscó a Anyel por todos lados pero no la encontró. Thomas no sabía que contestar, tampoco disfrutaba mentirle, realmente se preguntaba cuando Anyel hablaría con él, esconderse no sería sencillo, todas las puertas se le abrían a Elián, cuando se lo proponía, sin embargo, Anyel no estaba en la escuela, si no que en el funeral de Damián. Ivette estaba presente, aunque en ningún momento se le acercó. La lluvia no dejaba de caer, parecía que el cielo también se entristecía por la pérdida de ese joven abogado. Anyel saludó a Ana, quien era la más afectada, se aferró al féretro con fuerza, al momento que debían bajarlo a la tierra.

—¿Eras la novia de Damián? —pregunto Anyel esperando no incomodar.

—¡No!, éramos amigos, más que eso... éramos hermanos, lo conozco desde que tengo memoria en la escuela.

—¡Lo lamento! —exclamó Anyel derramando algunas lágrimas.

—¡Descuida!, sé que estará bien, puede que se hayan reencontrado.

—¿De qué hablas? —preguntó Anyel desconcertada.

—En la universidad, Dante, Damián, Alejandro y yo éramos inseparables. Íbamos a todos lados juntos, Damián sentía un gran aprecio por todos, pero Alejandro era diferente, su actitud, su ternura, demostraban que él era importante.

—¡Damián lo amaba! —afirmó Anyel sonriendo.

—¡Sí! —exclamó Ana —. Eres bastante madura para tu edad, en el tiempo que estamos, es muy difícil que las personas lo acepten, incluso sus familias se opusieron.

—¿Qué pasó con él?

—¡Murió! —indicó Ana, sorprendiendo Anyel por completo —. Tuvo una enfermedad a la sangre, Leucemia.

—¡Que terrible!

—¡Lo es! —afirmó —. A pesar de los años jamás volvió a enamorarse o a salir con alguien más, eso me comprobó finalmente que nunca lo olvido.

—¡Ahora están juntos! —indicó Anyel, haciendo que Ana llorara de felicidad y la abrazó.

—El amor es incondicional, si lo tienes no hay que dejarlo ir...

—Y si esa persona... ¿si descubrieras que es tu hermano?

—Bueno... —Ana hizo una pausa para meditarlo y contestó —. Si ese es el caso, deberías no dejar de amarlo, solo transformar ese sentimiento y verlo como es realmente, cuando amas a alguien quieres su felicidad, si es tu hermano ¿te gustaría verlo feliz?

Anyel sonrió y entendió finalmente que si Elián es o no su hermano siempre querría su felicidad a pesar de todo.

—¡Gracias!, pero no es sencillo —expresó Anyel. Aun así, Ana quedó confundida, ya que Damián había mencionado a Anyel en innumerables ocasiones y jamás había mencionado a un hermano. Anyel llegó lo suficientemente tarde para no ver a Elián, Esther le informó todo lo relacionado a las clases.

—¿Supiste algo de Elián? —preguntó titubeante.

—Solo lo que Thomas me dijo, está preocupado y te buscó todo el día.

—¡Mañana hablaré con él! —comentó con una expresión devastadora —. Iré a tomar un baño, nos vemos después.

A su término, caminó a la habitación consternada, eran demasiadas emociones juntas, fue cuando se encontró con Elián, lo miró con tristeza, trató de mantenerse firme, para no tirarse a llorar por la desesperación de saber que es su hermano, jamás pensó que algo así sucedería.

Vuelvo a verte otra vez...Where stories live. Discover now