Capítulo 18: PARA SIEMPRE

94 11 16
                                    

Pasaron dos años, en los cuales Anyel y Elián fortalecieron más su relación. Elián y Thomas se graduaron, una elegante ceremonia donde asistieron sus familias. Agatha se presentó para acompañar a Elián en ese día tan especial, se emocionó tanto de conocer a Anyel, no pudo evitar llorar, tenía los mismos ojos de Dante. Tenerlos ahí junto a ella y verlos tan felices era el mejor obsequio que podía recibir, sabía que su hijo donde estuviera, estaba orgulloso del camino que tomaron juntos.

En el fondo Elián no podía negar que extrañaba a su madre y que en el último tiempo desde que la arrestaron, jamás pudo hacerle una visita, nunca lo recibió. Según las informaciones que le daban, Ivette estaba en rehabilitación, eso lo tranquilizaba en cierto modo.

Ese día no se vio opacado en nada, Esther conoció finalmente a los padres de Thomas, personas con una gran aura de superioridad, observaron a Esther de pies a cabeza, Thomas se sintió realmente incomodo y antes que mencionara palabra para presentarla, William Holrrouss apareció, llamando a Esther un momento, él estaba presente como invitado y diría algunas palabras para los recién graduados, una tradición que nunca debía desaparecer.

—¿Hijo porque el alcalde se reúne con tu supuesta novia? —preguntó Samanta.

—¡Porque Esther es su hija! — respondió Thomas, sorprendiéndolos verdaderamente. Para cuando terminó Esther de conversar con su padre se volvió acercar, Samanta sonrió para ella.

—Querida tu padre estará ocupado, para que no estés sola, siéntate junto a nosotros —indicó Samanta, estremeciendo a Thomas de pies a cabeza.

—¡Claro! —contestó Esther extrañada —. Le comentaré a mi padre, mi madre no pudo asistir por su embarazo tan avanzado, me gustaría estar acompañada.

Ambos se retiraron a sus lugares, Thomas y Esther no cabían en sí mismos, era algo realmente aterrador e increíble, ni siquiera con Amelia sus padres habían actuado tan cortésmente, la felicidad que sintieron en ese momento era realmente gratificante. A Esther y Anyel aún les quedaba un año para graduarse y los muchachos ya habían entrado a la universidad a estudiar economía, a futuro serian los encargados de dirigir completamente los negocios de sus familias y para eso debían estar preparados.

Hubieron bastantes cambios en la organización de la mansión Leblanc, comenzó por el nuevo abogado que se encargaría de administrar los bienes y seria quien en la ausencia de Ivette se reuniría con los  inversionistas y sobre todo estaría en contacto con Edgar, sabia bastante de negocios y por su experiencia e intachable reputación, Elián no dudaría jamás de su capacidad, era nada menos que Jack Holrrouss, eso lo favorecía, ya que podría ir y venir de Londres, su amistad con Erika seguía floreciendo y con su nuevo cargo podría seguir en contacto con ella.

Actualmente Elián frecuentaba más la mansión debido a la universidad, Sin embargo, dejó a cargo a Amber de todo lo relacionado con la casa, era la nueva ama de llaves y se le permitió traer a su hijo para que viviera con ella y su esposo. Anyel llegaba cada fin de semana, ambos disfrutaban de la compañía del otro, incluso la servidumbre vivía felizmente, eran considerados parte de una gran familia, el respeto se respiraba en cada rincón de ese lugar, Elián por primera vez podía llamarlo su hogar.

Comenzaron a pasar los meses y un día a mediados de agosto llegó una carta a la mansión, era de la prisión y era especialmente para Anyel, le sorprendió leer que Ivette necesitaba verla. Elián ni siquiera opinó respecto a la carta, ni a la petición de su madre, aunque realmente lo descolocó que no quisiera verlo precisamente a él.

Al día siguiente Anyel se dirigió a la cárcel, cuando se enfrentó a la realidad de Ivette no pudo negar que sintió tristeza de que estuviera ahí, tan desarreglada, ella que acostumbraba a vestirse con la mejor ropa, la que siempre se perfumaba y se maquillaba tan cuidadosamente, al día de hoy solo era un triste recuerdo de lo que fue con su persona.

Vuelvo a verte otra vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora