❄𝓒𝓱𝓪𝓻𝓪𝓬𝓽𝓮𝓻 𝓧 𝓜𝓪𝓵𝓮 𝓡𝓮𝓪𝓭𝓮𝓻❄

𝓢𝓮𝓫𝓪𝓼𝓽𝓲𝓪𝓷|| 💔/🍰

🍰 𝓟𝓮𝓵𝓾𝓼𝓪 🍰

Sebastian estuvo sonriendo ampliamente todo el día. Estaba esperando la llamada del refugio. Estaba pasando por el proceso de adopción de un neko. Lo conoció la semana pasada e inmediatamente se desmayó por él. Tenía cabello y orejas ah/c, y miraba el mundo con hermosos ojos e/c. Sebastian se encariñó con él en el segundo que lo vio. Estaba sentado en su jaula sin preocuparse. Se sentía como si no creyera que lo podrían sacar del refugio. Sebastian sintió un tirón en el corazón y le dijo al cuidador que decidió adoptar a T/n.

Sebastian sonrió al escuchar el timbre de la puerta. Se acercó a la puerta y abrió. El cuidador estaba allí con T/n de pie junto a él sin interés.

-Hola Sr. Michaelis, le traje su mascota. - ella sonrió. Sebastian los dejó entrar a los dos en su casa. – Por favor firme estos documentos para tramitar la adopción. - Sebastián le indicó que se sentara en el sofá. Cogió un bolígrafo y firmó todos los documentos en los lugares necesarios. El cuidador sonrió y abrazó a T/n. - Adiós.

T/n se despidió de ella. Ella era la única persona que realmente lo cuidaba y hablaba con él. Otros solo le traían comida y agua, luego lo dejaban constantemente solo. Miró a Sebastian, que estaba sentado en el sofá. Todavía estaba de pie, sin atreverse a moverse sin permiso. Todavía recordaba lo que le hizo su anterior dueño. Sintió escalofríos recorrer su espalda cuando recordó cuánto lo maltrataron antes de que lo apartaran de ese hombre y lo pusieran en el refugio.

-¿Por qué estás de pie? – preguntó Sebastian sobresaltándose un poco. - Siéntese, por favor. – añadió Sebastián al ver que T/n estaba intranquila. El neko se sentó en el borde del sofá, listo para protegerse si era necesario. – ¿Quieres algo de beber? ¿Café? ¿Té? ¿Leche?

-La leche estaría bien. – respondió en voz baja. No quería molestar a su nuevo dueño. ¿Quién sabía lo que podría hacerle si T/n se estaba portando mal? - Gracias. – Dijo cuando Sebastian colocó el gran vaso de leche fría frente a él. T/n tomó un sorbo y dejó escapar un ronroneo de contenido. La leche estaba fría y fresca, no tibia como en el refugio. Se tragó todo el vaso de leche de una sola vez. Sebastián se rió.

-¿Quieres mas? - preguntó.

-Sí. – respondió con cautela, esperando que Sebastian quisiera algo a cambio. Sebastian sonrió y tomó el vaso vacío, solo para volver con el lleno. T/n tomó el vaso en sus manos y bebió la leche rápidamente de nuevo.

-Tranquilízate, lo tendrás todo lo que quieras. – dijo Sebastián y vertió más leche en el vaso. T/n cumplió y bebió su leche.

-Gracias maestro. – dijo y dejó el vaso vacío sobre la mesa de café.

-Llámame Sebastián.

Salto de tiempo

T/n necesitaba algo de tiempo para acostumbrarse a su nuevo hogar y dueño. Sebastian era lo opuesto a su anterior dueño. Pasaba tiempo con él, le acariciaba la cabeza en lugar de golpearlo, nunca lo encerraba en el frío sótano sin comida, en cambio Sebastian lo alimentaba bien. Cada vez que algo le dolía a T/n, Sebastian lo cuidaba y se aseguraba de que estuviera bien. T/n sintió que confiaba en Sebastian lentamente, la confianza pronto fue seguida por sentimientos más fuertes.

T/n estaba acostado en su cama pensando en su situación actual. Disfrutaba de su nueva vida y de la compañía de Sebastian, pero el hecho de que su dueño fuera tan atractivo y pudiera tener a cualquiera que quisiera como su pareja, estaba poniendo nervioso al neko. Tampoco fue fácil confesarlo. Si Sebastian no lo amaba, vivir juntos sería al menos incómodo. Sebastian podría incluso devolverlo al refugio. Suspiró y decidió descansar un poco. De repente escuchó un suave golpe en su puerta.

-Adelante.-murmuró. La puerta se abrió revelando a Sebastian sosteniendo una almohada contra su pecho. – Tú tampoco puedes dormir, ya veo. – Sebastian negó con la cabeza y se acercó a T/n.

-Tuve una pesadilla. - él susurró. - ¿Puedo dormir contigo?

T/n se acercó a la pared haciendo espacio para Sebastian.

-Por supuesto. - él dijo. Sebastian se acostó a su lado y apoyó la cabeza en el hombro de T/n. Empezó a jugar con la oreja de T/n haciéndolo ronronear.

-Me encantan tus ronroneos. – sonrió Sebastián.

-Y yo te amo- masculló T/n. Sus ojos se abrieron cuando se dio cuenta de lo que había dicho. Sonrió cuando sintió que Sebastian besaba su mejilla.

-Yo también te amo mi gatito. – dijo y acarició su cuello.

-Mreow~ - sonrió T/n y cerró los ojos. Después de intercambiar pequeñas buenas noches, se quedaron dormidos uno en brazos del otro.