"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sᴇɪs"

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Después de la charla en la torre Taehyung y Jungkook no parecían tanto gatos rabiosos. Eran amables él uno con el otro tanto como podían permitirse, lo cual no era demasiado de parte de Jungkook, pues aún no estaba listo para cruzar una línea que lo comprometiera con el Alfa. Taehyung le daba una que otra muestra de afecto de vez en cuando, como besos en sus manos o frente y Jungkook se sentía cómodo con eso así que no se lo impedía. A veces temía que Taehyung intentara arrebatarle un beso o algo más, pero el Alfa nunca intentaba ir más allá de insinuaciones coquetas muy poco frecuentes.

Era tan cómodo que Jungkook se sentía en las nubes. Le era tan natural convivir con Taehyung que por las noches antes de dormir le hablaba de su día y lo hacía hablar del suyo. Una que otra noche fría se acurrucó contra su cuerpo fuerte y durmió en su pecho. Durante el día la hora del té se convirtió en un escape para ambos de sus responsabilidades y las comidas eran casi animadas. Fué demasiado repentino todo el cambio en su relación, pero aquel día en la torre Jungkook vió más que solo la fachada de Kim Taehyung...Y le agradó lo suficiente para hacerlo sentir cosquillas en el estómago.

Además Taehyung había cumplido con su parte del trato y Jungkook estaba aprovechándolo al máximo. Aquel día estaba disfrutando del aire fresco mientras recogía rosas blancas en el jardín de forma apresurada, pues tenía un encuentro con Kyungsoo en poco tiempo.

Kyungsoo había cambiado su actitud con él, no sabía si era a causa de Taehyung o porque simplemente hubo algún cambio en su amargo corazón. Era extraño, pues Jungkook estaba volando en las nubes durante sus clases por pensar en varias cosas al azar sobre comida, Taehyung o a dónde iría a pasear más tarde. Pero Kyungsoo ya no era como antes, había cambiado completamente. Jungkook se atrevía a decir que era un poco más amistoso, sin embargo no eran amigos y dudaba que algún día pudieran serlo. Aún era muy estricto, solo más respetuoso y empático.

-Debe ponerlas en agua tan pronto como pueda, Omega Jungkook.-Le dijo el jardinero frente a él con el que a veces hablaba.-Así conservaran su belleza.

Cortaba las rosas y se las pasaba a Jungkook, el cual tenía al menos diez de esas. El Omega quería llevarle flores a Jiyook porque ella siempre era amable con él y era lo más cercano a una madre que tenía. Además también quería darle un par a Taehyung.

-Ojalá pudieran estar siempre frescas.-Se quejó y olisqueó su ramo.-Ah, huelen delicioso. Las cuida bien. Gracias por eso.

-Puedo plantar más si así desea.

-¿Haría eso por mi?-Jungkook abrió sus ojos de par en par y luego sonrió.-¿De verdad? Es muy amable.

-Ese es su trabajo.

Jungkook se giró ante la voz gruesa y distinguible de Kim Taehyung y alzó la vista hacia él. Lo miraba con arrogancia, como la mayoría del tiempo veía todo. Jungkook le sonrió.

-Hola. ¿Qué haces aquí?

-¿No puedo estar aquí?

Jungkook frunció el ceño.

-Es tu castillo, puedes estar en donde quieras...Quiero decir, creí que estabas siendo Rey en algún lado.-Jungkook empujó las flores hacia él.-Recogí algunas para ti.-Se sonrojó ante su regaló y sonrió a medias.

Taehyung miró las rosas sin ninguna emoción y luego miró a otro lado más allá de ellos, ignorándolas.

-Gracias.

Jungkook borró su sonrisa y bajó la mirada a las flores blancas, decepcionado por su indiferencia.

-No te gustan...

-Las flores no son el centro de mi atención. Pero me gusta como te ves con ellas.-Jungkook levantó la mirada hacía Taehyung un poco avergonzado y el Alfa suavizó su mirada.-Podría acostumbrarme a que recojas algunas para mi.

REIGN: Destino | Taekook | #2 Where stories live. Discover now