"Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇcisᴇis"

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La única forma de quitarle a Jungkook las bebés fué dormirlo con un té. Fué difícil que se lo bebiera, pero finalmente cuando lo hizo cayó rendido sobre su almohada. Jiyook quiso cremar a las gemelas lo antes posible antes de que Jungkook despertara, alegando que mientras más rápido lo hicieran más rápido Jungkook podría sanar. La Beta que había presenciado todo, Jihyo, seguía con ellos y se negaba al plan de Jiyook, diciendo que no debían cremar a las niñas, sino enterrarlas. Taehyung se negó a ambas ideas, pues Jungkook era su madre y era el único que decidiría que hacer con ellas. Al final el Omega decidiría cuál sería el siguiente paso para seguir adelante con todo aquel terrible proceso aunque lo hiriera, pues nada lo heriría más que despertarse y saber que se deshicieron de ellas sin su permiso. Sin dejarlo despedirse.

Así que las gemelas fueron acomodadas en un pequeño cofre y dejada en la mesa de la habitación. No querían hacer un ataúd a pesar de que el escándalo despertó a todo el castillo y la mayoría comenzaba a nadar en rumores. Jiyook y Jihyo prometieron mantener la boca cerrada respecto al tema, pero el rumor del primogénito fallecido de Taehyung se hacia cada vez más fuerte. Algunos lo creían, otros no puesto a que nunca vieron a Jungkook en estado. Otros decían que Taehyung lo había maltratado aquella noche en un arranque de ira e incluso Jiyook tuvo que intervenir. Se creaban sus propias historias horribles.

Jungkook no despertó hasta el medio día y Taehyung estuvo ahí con él, abrazándolo y acariciándolo en silencio. No tenía palabras para Jungkook y dudaba que alguna arreglara algo en su interior ahora desarmado. El pelinegro lloró contra su pecho durante un rato, diciendo que no quería vivir pues no lo merecía. Taehyung repetía que no era su culpa, pero era inútil.

Jungkook se arrastró hasta la orilla de la cama y su mirada se fijó en el cofre sobre la mesa. El candado tenía forma de corazón y había una K tallada en el. Jungkook sintió sus mejillas calientes.

-No debí ir a la cocina.-Jungkook cerró los ojos con pesar.-Debí aguantar la sed...

-No sigas culpándote por cosas que escapan de tus manos, Jungkook.-Pidió Taehyung a su lado, tocando su espalda.

-Por eso olía tanto a sangre.-Jungkook cubrió sus ojos.-Por eso era dulce. Por eso le dije a esa Beta que olía a sangre, ella no me ayudó cuando resbalé, ella no volvió...-Jungkook tocó su pecho.-Mi visión. Pude detenerlo.

-¿Quién, Jungkook?-Taehyung desconocía esa parte de la historia completamente y estaba seguro de que la aparición de esa Beta no era casualidad.-Dime quien fue y la mataré, la traeré ante ti y la mataré.

-¿Cómo puedes hablar de muerte ahora?-Jungkook reclamó mirándolo con rabia.-¡Nuestras hijas están muertas!-Su gritó resonó en la habitación y cayó en cuenta.-Ya estarás contento ¿No?

-¿Me echas la culpa encima?-Preguntó el Alfa incrédulo.

-Ni siquiera ibas a decirme que eran dos ¿No es así? Si nos veía por mi mismo...Nunca ibas a decírmelo.

-Jungkook...

-¡Te odio!-Jungkook golpeó el pecho de Alfa con fuerza.-¡Al final esto era lo que querías ¿Por qué sientes pena por mi entonces?! ¡Hipócrita!

-Jungkook.-Reclamó el Alfa con indignación, recibiendo cada golpe de su Omega.

-¡Ellas no deberían estar muertas!-Gritó dolido, golpeándolo cada vez más débilmente.-¡Yo debería estar muerto, tú deberías estar muerto por desear esto!

Taehyung hizo un sonido ahogado cuando Jungkook golpeó de nuevo su pecho y tocó la zona con fuerza, sintiendo un dolor sin igual. De forma inevitable cayó de rodillas al suelo y comenzó a toser, sintiendo que el aire no podía entrar a sus pulmones, algo obstruyendo su garganta.

REIGN: Destino | Taekook | #2 Место, где живут истории. Откройте их для себя