Deseo Vivir a tu Lado [JSHK]

#32: Conejo en la Luna

Pasaron un rato en la casa de Masuyo, habían muy pocas casas que todavía tenían dangos, pero las dejaron para que los niños lograran comerlos.

Luego de eso, pasaron al vecindario de Izanami y Matsukase, pues vivían uno al lado del otro, dónde consiguieron varios dulces.

La noche estaba siendo entretenida, cómo algunos vecinos notaban que eran adolescentes les negaban que tomaran dangos, por lo cual el término de robar tuvo que ser tomado de forma literal por los chicos.

Las muchachas simplemente charlaban en lo que iban de un lugar a otro, siguiendo a los dos que tenían una competencia por ver quién conseguía más dulces.

Llegaron después de un rato a la zona donde vivía Nene, pero como era un edificio no hicieron mucho ahí, el siguiente vecindario era el de Yugi.

Pasaron por el lugar aún con cautela, Yashiro sintió un escalofrío al pasar frente a la casa de Amane, de noche la estructura parecía intimidante.

- Oye, Nene-chan ¿Que te distrae?- llamó la atención Minami

- ¿Eh? Oh! Nada, nada, solo que estaba viendo la casa de Amane-kun

- ¿Es esa? -cuestiono Asaguiri señalando la dirección que Nene había estado viendo- Da algo de miedo...

- Si...- Aoi incluso se sintió aterrada

- ¡Tramposo! ¡Es tu calle!

- Trampa sería que fuera a mi casa

- ¿Otra vez peleando?- Nuevamente la azabache habló algo irritada por la actitud de su mejor amigo y el Yugi

Los dos de cabellos marrones se acercaron y entregaron su dulce botín a las chicas.

- Aquí están~

- Hey Yugi-kun, ¿Esa de ahí es tu casa? No se acercaron a buscar ahí

- Hm, si lo es

- Parece una casa embrujada

- Así es el diseño, supongo... ¿Quieren que busque dangos en mi casa?

- No creo que haga falta- Dijo sombrío el más alto, quizás por los escasos 5 dangos que recogió

- Es verdad, aún falta que pasemos por mi vecindario- habló la pelirroja emocionada

- Pues vamos, lo mejor para final, obviamente- exclamó Daidouji ansiosa, Asaguiri también lucía emocionada

Con una risa nerviosa, la Aoi guío al grupo a la zona en dónde vive.

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Cruzando la última cuadra, el castaño de ojos amanecer sintió un aire pesado, su estómago se revolvió y su respiración se agitó.

Dejando a Shishio hablado solo, relentizó su caminata hasta llegar a la albina, quien ya no seguía el hilo de la conversación de las pelinegras, pues comenzaron a hablar sobre una pijamada y se sintió fuera de lugar.