Una nueva oportunidad

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Aún a sabiendas que ya había agotado todas las perlas entre esperanzado por si aún quedara alguna, ya que  sentía ese tipo de necesidad que tuve la primera vez cuando yo era Pietro el lloriqueón.
La tienda estaba igual que el primer día atiborrada de objetos antiguos y cautivadores.
La trastienda  estaba como siempre entreabierta y la habitación
Encendida

Al abrir la puerta me quedé petrificado porque allí sentado tras la mesa estaba Lao Zhang,. después de tantos años.
Parecía estar esperandome, como la primera vez.
Tenía la misma apariencia física de la primera vez que le vi, como si los años no hubieran pasado por él

el fabricante de perlasOnde histórias criam vida. Descubra agora