Mi casa era grande y espaciosa con cierto aire colonial y una de las más atípica de todo el vecindario ya que fue una de las primeras que se construyeron a mediados del siglo pasado.
Mi abuelo un inmigrante italiano del sur de Palermo la compro sobre los años veinte gracias a la pequeña fortuna que hizo con el contrabando de bebidas alcohólicas durante la ley seca, pues tenía una amplia experiencia y buenos contactos con ciertos grupos de inmigrantes napolitanos y sardos que introducían en el país ilegalmente el producto cobrandocelo luego al consumidor a precio de oro.Ese negocio le generó una gran riqueza de modo que invirtió en bares clandestinos en adquisición de inmuebles y sobre todo en cotizaciones en bolsa.
Más asombrosamente el optimismo desmesurado de esos veinte años que le llevo a ser un nuevo rico tras una década de gran crecimiento económico le hizo caer estrepitosamente cuándo empezó la pesadilla de que la prosperidad solo era un sueño y que los años locos ya habían pasado a causa de la fuerte presión que ejerció la Gran Depresión de 1929 la cual le llevo a la ruina total.
Con el desplome de la Bolsa de Nueva York y la mafia pisándole los talones. Egoístamente decidió lanzarse desde un rascacielos incapaz de asumir la gran presión qué se le avecinaba.La determinación y el espíritu luchador que tenia mi abuela la hizo salir adelante junto con mi padre en medio de una sociedad que se inundaba de parados y gentes desesperadas.
Nuestra casa fue la única posesión que se pudo conservar con bastante esfuerzo.
Y para sobrevivir mi abuela decidió hacer dulces italianos en su propia cocina y mi padre que por aquel entonces tendría 9 o 10 años dejo de asistir al colegio y tuvo que ayudarla en las compras y como repartidor.
Creo que todas esas circunstancias hicieron que perdiera la frescura de la infancia y que su vida estuviera marcada por una profunda tristeza.
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el fabricante de perlas
AdventureSí este libro ha caído prodigiosamente en tus manos no es algo fortuito, sino fruto de mí imperioso deseo porque fuera así, con el fin de que averiguaras todo cuánto en él te escribo ya que he resuelto abrirte mi corazón dándote a conocer mis más í...