Primavera del 68

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Más para que entiendas me ingente necesidad por relatarte la historia de mi vida es necesario que nos remontemos a mis 17 años porque fue entonces cuando se inició el fin de mis adversidades y el principio de todas mis satisfacciones.
Recuerdo con nostalgia y cierta tristeza que por aquel entonces solo era un chico infeliz y solitario de clase obrera y con ninguna aceptación social, de modo que no podía imaginarme ni por asomo lo que iba a acontecerme y las maravillosas aventuras que experimentaría.
Todo comenzó en la primavera del 68 justo dos semanas antes de que terminaran las clases fue entonces cuando esa serie de prodigiosos acontecimientos hicieron que mi vida tomará un giro inesperado resurgiendo en mi un joven diferente.
Como era natural en el mes de mayo vísperas de las vacaciones, con un tiempo ya casi calurosos todos los alumnos del viejo Instituto Sant Gregori andaban revueltos y no paraban de pensar en esas ansiadas vacaciones, dejando muy atrás aquellos primeros días de clase, de olor a libros nuevos y de buenos propósitos.
El ambiente estaba enardecido respirandose gran agitación a la entrada de las clases, y las mañanas era un incesante bullicio de chicos y chicas por todas las instalaciones yendo y viniendo por los pasillos las aulas las escaleras...
Y allí estaba yo ,solo, en medio de uno de esos amplios corredores llenos de puertas y taquillas.

Olía a bollos recién hechos y al tarta de frambuesas siendo responsable de ello mi madre que a causa de su gran adicción a la repostería en casa el arcaico horno de carbón siempre estaba encendido impregnando con su aroma toda la casa lo cual me incluía también a mí.
Solía hacer tartas y dulces para bodas cumpleaños y celebraciones algo que le encantaba a más que con ello aportaba un ingreso extra en nuestra casa.
Yo era su querido hijo único y me decía que aunque era un joven como los demás también era mucho más especial que los otros y solía mirarme con los tiernos ojos con que una madre mira a su hijo sin detectar en mi defecto alguno.
Más cuando yo me miraba en el espejo más bien me veía bastante diferente a los otros chicos de mi edad y el calificativo de feo no era para mí el más apropiado quizás me vendría mejor el de raro.
Bajito gordito con grandes gafas que sujeta a unas orejas de soplillo venían a caer sobre mi prominente nariz.
Y fue excepcional físico la causae que me llevó a tener un carácter huidizo desconfiado y solitario. más paradójicamente dentro de mi grotesca carcasa habia un corazón sensible lleno de ilusiones dispuesto a ofrecer cariño y amistad anhelando ser apreciado y amado cosas que nunca pude llegar a disfrutar en aquellos años ya que solo era la burla de todos en cualquier lugar.

No tenía amigos pero por contra era el más reconocido y el más estimado de todos los profesores el ejemplo brillante en cualquier material ya que había empleado todas mis habilidades en ser el más destacado de la clase que a la contra me llevaba a crear aún más distanciamiento con mis compañeros que envidiosos solían hacerme la vida aún más imposible
Como estábamos en la etapa final de los últimos exámenes que eran determinantes para las notas finales yo solía llevar las tareas con buen orden y aplicación y mis calificaciones eran excelentes no solo se me daban bien las matemáticas sino que las amaba.

el fabricante de perlasWhere stories live. Discover now