Emperador

Capitulo 7: Dos Perdedores

Ningún personaje que aparezca me pertenece más que la historia es mía, comentarios y sugerencias se agradecen:)

Tqm.

/País Del Agua/

En medio de una llama en la oscuridad del bosque un pelirrojo estaba frente a una fogata mientras se mantenía en posición de loto viendo fijamente la llama bailando.

Sabía que el fuego que era el elemento de fénix y el dragón, solía ser un elemento de purificación solo una pequeña llama podía convertirse en un incendio a gran escala consumiendo todo a su paso sin dejar nada de lo que haya estado ahí en algún momento. Le parecía maravilloso el elemento, lamentablemente solo poseía viento pero no quitaba que no fuera un elemento poderoso que pudiera aprovecharse a la perfección se imaginaba provocando tormentas y huracanes por todos lados como símbolo de su ira y poder.

Sacudió su cabeza eliminando los pensamientos genocidas para volver a su reflexión y meditación.

No sabía cuánto había pasado desde que salió de Konoha.

¿A quién engañaba?

Habían pasado dos meses desde que salió de Konoha para morir a manos de sus enemigos o al menos eso creían los líderes o mejor dicho el honorable consejo.

Hasta ahora de había mantenido al margen de la vista de todos aunque parecía que Jiraiya lo mantenía vigilado, el hombre era conocido por sus habilidades de espionaje de hecho en parte lo admiraba por eso pero fue cegado por su perversión y la dichosa profecía de los sapos, no tenía nada en contra de las invocaciones de los sapos pero ellos cegaron al hombre y no solo a él, también a Minato. Una pena y lastima que sea así, dos hombres poderosos cegados por palabras bonitas de un ser parlanchín que apenas podía ver el futuro.

Se levantó listo para seguir su camino, había estudiado lo suficiente sobre fuinjutsu y se había alimentado, así que solo pateó tierra sobre la fogata apagando la llama caminando hacía Kirigakure.

Eso le preocupaba en extremo, la aldea pasaba por una guerra civil por la purga de líneas de sangre. Había leído de Yagura el Cuarto Mizukage y el jinchuriki del tres colas, era conocido por ser un hombre justo y correcto pero parecía que de un momento a otro perdió la cordura y comenzó una masacre acabando con varios clanes, quien diría que esa aldea pagó por los crímenes realizados contra el Remolino.

Era karma o destino, cualquiera de las dos se reía de eso y ahora estaban pagando por sus actos, su tierra no sería así, su gente no vivirá así nunca.

Con la cabeza en alto continuó caminando en dirección de la aldea y de cierta persona tenía planes de no pasar por Kiri, no estaba para solucionar sus problemas a no ser que la situación lo requiera, su objetivo era viajar directamente a Uzushiogakure, no tenía el plan de hacer su hogar ancestral su nueva aldea. No era por falta de respeto a sus antepasados pero lo hacía por la estratégia militar.

Uzushiogakure en su momento era aliado de Konohagakure antes de su caída, y su posición era la peor de todas. Era una isla al lado de Kirigakure que era su enemiga y también cerca estaba Kumo y algo alejado estaba Iwa. Literalmente estaban rodeados y sus aliados estaban al otro lado de las naciones elementales. Considerando que sus terrenos eran pocos a comparación de otras aldeas no tenían a dónde huir.

Si, su plan era encontrar a los Uzumaki y unirlos de nuevo, no permitiría que su clan se extinguiera pero no podía cometer el mismo error por lo tanto tenía una sola opción, usar el lugar como una fortaleza temporal.

Tal vez cuando el clan creciera más sería usado como lugar turístico o un campo de entrenamiento y desarrollo de las futuras generaciones. Viajaría y estaría ahí unos meses guardando todo el conocimiento del clan para viajar a otro lado y comenzar desde cero. Sus ideas radicales siempre fueron juzgadas desde el inicio de su vida, las naciones elementales eran demasiado pequeñas por lo que debía haber más que solo unas islas, el mundo debía ser grande y los mismos shinobi se encargaron de cegarse por la guerra y contiendas.