FANFIC: CHRISCHEL TU PATRON

STEFAN:ALAN

Rachel

Primer día.

El camino hacia Londres fue tranquilo pero, al mismo tiempo, doloroso. Toda despedida duele y más si es el amor de tu vida.

Trato de ser fuerte, trato de fingir que lo que pasó no me duele y que lo superaré, pero, estoy hundiendome en la mierda. Todos mis sentimientos se acumulan y lo único que quiero es explotar y soltar todo lo que llevo dentro.

Acostada en la cama, rememoro todo lo que ha pasado desde su llegada y una pequeña sonrisa se dibuja en mi cara. Recuerdo la primera impresión que tuve de Christopher, la primera misión, la primera sonrisa, la primera lucha, la primera vez...Mi primera vez.

Dios, ya lo extraño.

Sabía que no sería fácil. Sabía que dolería pero no sabía que sería así. No sabía que tenía a Christopher tan adentro que, ni siquiera la noticia de que seré teniente, es capaz de subirme el ánimo. Sí estoy feliz por crecer, por ascender y estoy feliz porque estoy cumpliendo parte de mi meta, sin embargo, me hubiese gustado hacerlo con Christopher al lado.

Dentro de cinco días me nombran como la nueva teniente de la central de Londres. La ceremonia sería antes pero, por petición de mi padre, la cambiaron para dentro de cinco días ya que es mi cumpleaños.

Recuerdo que estaré dentro de cinco días celebrando mi nombramiento sin Harry ni Christopher y mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas.

Será un día de mierda.

Con pocos animos, me levanto de la cama y camino hacia el baño donde, luego de verme la cara de espantapájaros, me echo agua. Cubro mi rostro con el agua en un débil intento de encontrar algo que me reconforte.

El dia fue una mierda, cumplí con todos los debes, pero, todo fue por inercia.

Me devuelvo a la cama y pienso nuevamente en Christopher. Respiro hondo y, luego de ver qué son más de las once de la noche, decido obligarme a dormir.

Sueño con unos ojos grises que me miran fijamente mientras una pequeña sonrisa se asoma.

Christopher

Observé el avión despegar mientras todos los demás volvían adentro. Esperé hasta que ya no se vio y, fue ahí, cuando entendí que era hora de regresar a las instalaciones. Estuve calmado, fingí que nada pasaba mientras que, al recorrer los pasillos, muchos soldados susurraban y comentaban sobre cómo mi novia se había ido.

Ignoré a todos, incluso a Ángela que quiso consolarme.

—¿Estás bien?—Preguntó.

Asiento.

—¿Por qué no lo estaría?—Dije.

Ella sonrió amablemente mientras ponía una mano en mi hombro.

—No tienes que hacerte el rudo conmigo—Dice—Puedo entender perfectamente que te duela que rachel se haya ido. No sabía que eran pareja.

Me separo de ella y camino

—Déjame solo—Le digo.

—Pero...—Intenta decir.

—¿Eres sorda?—Pregunto—que te largues dije.

Ella se va ofendida y al cerrarse la puerta mi ira se descontrola y me hace actuar como el animal que soy.

Lanzo al piso todo lo que está en la mesa, no conforme con eso, lanzo la silla al piso mientras que, todos los cuadros que están colgados en la pared, los destrozo.