FANFIC: CHRISCHEL TU PATRON

recuperación más amarga que café sin azucar

Un Mascherano en pie

—¿A qué se debe tu visita?—Preguntó el mayor del clan Mascherano.

Phillips fue el único que quedó en pie. No tuvo la oportunidad de despedirse de sus hermanos y su padre por lo que sólo le queda la sed de venganza.

Una venganza que lo llevará a cometer actos que nunca habría pensado; un ejemplo de ello es lo que está apunto de aceptar.

—Sabes por qué estoy aquí, Philips, ambos buscamos lo mismo—Dice aquél ruso de casi dos metros.

Ilenko Romanov ya perdió la cuenta de cuántos años estuvo escondido. Es inteligente, por ello supo que debía esperar su momento.

Philips sonríe al escucharlo.

—Estas acabado, Boss, ¿Qué crees que puedes aportar?

El ruso sonríe y saca su teléfono.

El italiano no hace más que sentir cuirosidad. La cara del hombre que tiene al frente solo demuestra...Emoción, ansiedad.

¿Qué estará escondiendo el ruso?

—Mira esto—Dice

Philips toma el teléfono y al ver su contenido, arruga las cejas confundido. Luego de cinco segundos, abre los ojos como platos.

—¿Es...

—Sí—Dice engreído —No eres el único que ha hecho su tarea.

Philips analiza la situación mientras ilenko solo chequea sus uñas.

—¿Cual es tu plan?—Pregunta al ruso.

El hombre se levanta y se pasea por toda la sala.

—Quiero acabar con la FEMF pero mi objetivo principal es Christopher y su mujer. Tengo las maneras de atraerlos.

Philips de ríe.

—A Rachel la tienes en tus manos, solo basta mostrarle esto pero ¿como pretendes atraerlo a él?

—Es el perro faldero de esa puta, para donde ella vaya él irá detrás. Sin embargo, si ese plan no funciona, tengo una jugada bajo la manga.

Philips arruga las cejas.

—El hacker.—Se ríe.

Philips asiente y ríe.

—Por primera vez siento que el apellido Mascherano y Romanov se llevarán bien.

Rachel

—Estar encerrada en esta casa no me ayudará a recuperarme—Digo molesta.

Christopher se encoge de hombros.

—El doctor no ha dado luz verde para que puedas hacer lo que te dé la gana. Deja de quejarte y acuéstate.

Lo veo vestirse y mentalmente pienso;

¿En qué momento pasaron tres días?

—Christopher...—Digo

Niega.

—Te quedarás aquí.

Cierro los ojos y suspiro.

Estoy llena de frustración. No me gusta quedarme en casa acostada viendo basura en la televisión. Necesito salir, ir a la central, saludar a mis amigos.

Christopher se acerca a mi y me da un beso rápido en los labios.

—Si ocurre algo, llámame.

Asiento enojada en tanto él sale a trabajar.