𝐻𝑎𝑟𝑡𝑜

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El reloj de pared marcaba las diez y veinte de la mañana, lo que significaba que faltaba díez minutos para terminar la primera clase y con ello, el exámen.

DongMin estaba concentrado, pensando en la respuesta correcta de la última pregunta. Mordía el borrador ansioso, indagando su mente. Tuvo que ayudarle a SanHa y Mj con algunas respuestas que ellos no sabían, claro, con toda la discreción de el mundo.

A diferencia de todos él se mantenía sereno, no quería hacerle caso a su corazón que estaba acelerado de el miedo pensando en que le harían por estar de hablador.

Entonces la respuesta llegó sola. Sonrió para sus adentros y afianzó el lápiz en la hoja.

Se quejó al sentir algo golpear su cabeza. Al mirar atrás se dió cuenta que MoonBin le había arrojado algo, y no sólo eso, lo miraba inexpresivo y desafiante. Eso congeló sus huesos. Pero no le hizo mucho caso y terminó por escribir.

Entregó su examen y salió lo más rápido de ahí. Necesitaba refrescarse, necesitaba un pase de salida para huir lejos o tal vez, un boleto para devolverse a Japón. Odiaba todo.

Se odiaba a sí mismo por ser tan ingenuo y soñador. Pensando que corea era el país de las maravillas cuando en realidad en su infierno, y más, para los estudiantes extranjeros como él.
Las cosas que le pasaban al día a día era algo que lo estaba hartando, y sólo esperaba poder cumplir la mayoría de edad para irse con sus abuelos a Japón otra vez, ahí era felíz, porque ahí estaba su gente, sus mejores amigos y sobre todo, él...

Ahí estaba el chico que le gustaba. El chico por el cual DongMin tanto sufrió el cambio de país.

De vez en cuando se mantenía en contacto. Él le mandaba mensajes preguntándole su día, y DongMin se sentía tan bien de poder expresarle lo amargo de su situación.

Deseaba que llegue el invierno lo antes posible. Él vendrá a verlo, y estaba muy emocionado. Quizás... por fin le pediría que fueran novios, aunque sea la distancia. DongMin no planeaba quedarse toda la vida en corea después de todo.

Fue directo al baño, abrió el grifo y se lavó el rostro. Observó con cuidado la imágen que se reflejaba. No se reconocía. A pesar de que sus facciones sean las mismas y su cabello también, algo en él había cambiado.

Quizás sólo es una idea de él, o... quizás algo en su interior está afectando psicológicamente su manera de verse, su alrededor, la gente...

Cerró la llave y se dió la vuelta para ir al patio, tal vez SanHa y Mj ya salieron.

Escuchó unos pasos que se acercaban, no le dió mucha importancia hasta que la puerta se abrió y escuchó aquella aterradora voz entre suave y ronca. Tragó saliva y al girarse un poco vió a MoonBin junto con sus amigos. Ellos detuvieron su conversación y lo miraron. Minhyuk y JinWoo tenía una expresión más serena, pero MoonBin lo acuchillaba con la mirada.

— Vigilen que no entre nadie — Les ordenó a los dos chicos, ellos asintieron y salieron de el baño. DongMin palideció y Intentó salir a toda prisa, pero el pelinegro colocó una mano un su pecho, dándole un empujón hacia atrás. — ¿A dónde crees que vas, puta rata?

DongMin tragó saliva.

— MoonBin, por favor, déjame salir — Pidió. No tenía muchas ganas de pelear. Y la verdad, el semblante que traía ese tipo era de todas las de romperle la cara.

— No irás a ningún lado. ¿Acaso crees que te voy a dejar pasar lo que hiciste? No... Debiste mantener la puta boca cerrada — Caminaba hacia él amenazante, como un león cuando tenía su presa acorralada. — Por tu culpa me reprobaron y ahora voy a tener que aguantarme a mis padres cuando llegué a mi casa. Pero no te la vas a librar Lee DongMin

Me enamoré de ti ᴮⁱⁿʷᵒᵒ (Gay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora