Me enamoré de ti ᴮⁱⁿʷᵒᵒ (Gay)

𝑩𝒆𝒔𝒐

— Entonces... Al final digo esto ¿Verdad? — Quiso corroborar por segunda vez MoonBin mientras le señalaba un párrafo de un libro.

DongMin bostezo, recargando su cabeza de lado en su puño. No sabía cuántas horas habían pasado, pero estaba muy cansado. Aún seguía en la casa de MoonBin, y entre enseñarle a recortar, pegar y escribir con plumón, se le había ido la noción de el tiempo. Ahora tenía un sueño terrible. Asintió levemente, dormitando.

— Sí... — Musitó cerrado los ojos y abriéndolos por segundo. — Espero que hayas entendido y tengas todo listo para mañana.

— Ajá. No te preocupes — Asintió concentrando en el párrafo.

DongMin se estiró un poco soltando un pequeño chillido de pereza que por su puesto MoonBin no dejó pasar por alto. Lo miró sonrojado y desvió la mirada rápidamente. DongMin lo notó, pero estaba muy cansado para preguntar.

— Bien. Uhm... ¿Qué hora es? — Preguntó mientras empezaba a guardar sus cosas en la mochila. MoonBin buscó su teléfono que estaba en la mesa de noche.

— Las doce y quince. — Al escuchar la hora, su respiración se agitó. Empezó a guardar sus cosas rápidamente y se colocó la mochila.

— Debo irme. Dios, mis padres me van a matar — Admitió agobiado. Al verlo así, tan abrumado, despertó una gran ternura en él. MoonBin rió levemente.

— No te preocupes — Le dijo con tranquilidad. DongMin lo miró con el ceño fruncido.

— ¿Qué? Bueno, no importa. Dijiste que me llevarías a casa ¿No? — Quiso corroborar.

— Hmm.. — Se rascó la cabeza mirando hacia otro lado. DongMin ensacho los ojos, lo miró molesto.

No puede ser que él lo haya engañado y lo dejará irse solo ¡Porque lo iba a matar!

— MoonBin... — Se acercó a él, con advertencia —¿Me llevarás a mi casa verdad? — Preguntó lentamente.

— Joder... Qué necio eres — Bramó aburrido. — La verdad, está muy tarde para que salgas, y yo también. Digamos que no saco el auto a estás horas, ya lo guardé en el garaje.

Okey, hora de llorar.

No era posible que le estaba pasando eso. Se iría sólo a esas horas, tenía miedo de estar sólo a esas horas en la calle.

Quería pegarle a MoonBin, quería pegarse él por confiar en ese imbécil.

¿Ahora qué?

Tal vez podría llamar un taxi ¿No?

Aunque no confiaba mucho en ellos por los casos de robos y tráficos por taxistas falsos.

— Uhm... Ya qué — Se rindió al fin. Quizás, haciendo un par de padre nuestros mientras camina llegue bien a su casa.

MoonBin lo vió caminar hacia la puerta y reaccionó inmediatamente, colocándose frente a él, obstruyendo la salida. DongMin lo miró confundido.

— ¿Me dejas pasar? — Pidió — No puedo perder más el tiempo, se me hará más tarde.

— No te irás a esta hora.

— ¿A ti que más te da? — Se cruzó de brazos mirándolo fijamente.

— Si te pasa algo la culpa será mía. No me arriesgaré a demandas — Dijo, intentando diluir su verdadero propósito.

— No exageres. Quítate — Intentó empujarlo, pero al recordar que había tocado sus pectorales anteriormente, desistió.