𝐸𝑙 𝑒𝑛𝑒𝑚𝑖𝑔𝑜 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑠𝑎

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DongMin rocío un poco de líquido de limpieza en la última ventana antes de pasar el trapo. Por suerte sólo le quedaba esa, bueno, aún estaban los pupitres, pero no estaba de buen ánimo para hacerlo, aún así, era un deber que se había ofrecido hacer y que tenía como costumbre por las escuelas japonesas, así que tenía que terminarlo.

Una vez que logró pulir la ventana y estaba satisfecho con el resultado, se dispuso a limpiar el escritorio de el maestro. Sintió un escalofrío en la nuca, como esa sensación cuando alguien te está observando. Al darse la vuelta se le escapó un pequeño gemido por el susto.

¿Qué estaba....

Ahí no, ¿Por qué? ¿Por qué?

La vida aveces como que se la va contra él.

MoonBin estaba recargado en el marco de la puerta. Lo miraba fijamente, con una ceja enarcada, expectante e inexpresivo. DongMin se fijo que también tenía una pequeña cubeta en las manos con un trapo en los bordes

Esperen... ¿Qué?

DongMin no le prestó mucha atención. Aún estaba algo sentido por lo que había sucedido en la oficina. Se mostró muy débil al llorar. Y para colmo, frente a la peor persona de el mundo. De seguro MoonBin vendrá a burlarse de él.

El castaño fue hacia el escritorio y después de rociar un poco de líquido para limpieza, empezó a pasar el trapo.

MoonBin Resopló por lo incómodo que estaba en ambiente. Terminó de ingresar al salón y dejó la cubeta en el suelo.

— Ey... — Llamó al castaño. Le costaba hacer eso, pero sólo así puede estar cómodo. Una de las cosas que detestaba era que le gente llorara frente a él. DongMin lo ignoró por completo — DongMin...

El castaño levantó la mirada con cansancio.

— ¿Qué quieres? — Preguntó de mala gana.

MoonBin se mordió la lengua un momento. Hace cuando que no le pide perdón a alguien. Bueno... Quizás desde que era sólo un niño, o tal vez nunca lo ha hecho.

Que la primera vez valga la pena.

— Este... — Se rascó la cabeza un segundo. Miró para el techo resoplando — Yo... yo.... — Balbuceaba. Se dió una cachetada mental y respiró hondo — quiero discúlparme por lo que pasó en la oficina.

Joder, lo logró.

DongMin lo miró sorprendido unos momentos. Pero después su expresión se torno dura.

— Claro, el director te mandó hacerlo. Pero no importa, acepto tus disculpas, aunque no las sientas — Musitó lo último antes de seguir con su tarea.

MoonBin frunció el ceño y se cruzó de brazos. En tanto si era cierto, pero... una puso una parte de él también porque si se sintió algo mal. Aún así no estaba tan convencido de que DongMin lo perdonara verídico.

— ¿Estas seguro? — Replicó mirándolo fijamente.

— Sí MoonBin. Y algo más ¿Qué haces aquí? — Deseó saber al ver la cubeta.

— Ah, es un castigo. Se supone que debo ayudarte a limpiar — Tomó la cubeta y sonrió en fracción de segundos antes de colocarla en una mesita.

— Pues... te tocan los pupitres. Solamente pasa el trapo con agua limpia, así quitarás cualquier suciedad, yo me encargo de desinfectar — Le explicó.

MoonBin asintió levemente, aunque no entendió mucho. Era como si su mente estuviera reproduciendo las cosas en segundo plano o algo. Humedecio el trapo un poco y le hecho de un líquido que estaba ahí, después lo empezó a pasar por toda la mesita.

Me enamoré de ti ᴮⁱⁿʷᵒᵒ (Gay) Where stories live. Discover now