𝐶𝑜𝑛𝑓𝑢𝑛𝑑𝑖𝑑𝑜

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— Y bueno, yo opino que deberíamos ir a comprar después de la escuela los abrigos ¿No? — Sugirió Mj a los chicos.

— Me parece perfecto. No tengo nada que hacer ¿Y tú DongMin? — Le preguntó, pero este no respondió, tenía la mirada perdida hacia un lugar. SanHa frunció el ceño y chasqueo los dedos cerca de su cara.

— DongMin... — Llamó Mj al ver que no respondía. Después de un toque en el hombro el reaccionó, mirándolos incrédulo.

— ¿Eh?

— Que después de la escuela iremos a la plaza a comprar los abrigos para la fiesta que dará MoonBin — Volvió a decirle— ¿Qué te pasa? Últimamente estás en la luna

Moon. Luna.

¡Ey, ya, esta bueno!

— No pasa nada. Sólo... estaba pensando unas cosas, nada más — Musitó mirando hacia abajo. SanHa y Mj se miraron entre sí, no pareciendo muy convencidos.

— ¿En qué cosas? — Inquirió SanHa mirándolo fijamente. DongMin tragó saliva y se ruborizó.

¿Cómo les puede explicar que MoonBin lo había abrazado y besado la noche que hicieron el trabajo?

¿Qué le estaba empezando a molestar que lo ignore completamente?

Es decir

Desde aquella noche nada fue lo mismo. Al otro día de la exposición, apenas se miraron al menos que no era para explicar los temas. Le sorprendió que MoonBin lo hizo tan bien, eso sí, se trabó en algunas cosas mínimas, pero eso es normal, parte de estar nervioso. A fin de cuentas, obtuvieron una buena nota. El mayor impresionó a todos por como se expresó. A pesar de que sonaba un poco neutro. Intentó felicitarlo a la hora de el recreo, pero ni dió tres pasos cuando una mirada de advertencia provocó que desistiera de acercarse a él. Y así pasó hasta la hora de salida.

Los días iban... Y todo seguía igual, hasta peor. MoonBin ya no le hablaba definitivamente, no lo miraba, era como si no estuviera ahí. Osea, DongMin no se entendía ni él mismo. Era algo que siempre había deseado ¿No? Que MoonBin lo dejara en paz, que no molestara, ya ahora... Se sentía feo, un quemazón en el pecho cuando lo veía tan feliz con otras personas, cuando lo veía molestar a alguien más que no sea él. Era estúpido, masoquista y absurdo que él tuviera celos. Pero los tenía.

Era incómodo, era ilógico para él. Se sentía raro. Por un momento, el pensar en su chico de Japón le hizo sentir mal, pero a la vez, no tanto. No era que tuvieran nada, si no que se habían apartado hasta que DongMin regresara a Japón. Ya que su "enamorado" no le gustaban las relaciones a distancia. Ahora no sabía si le daba tanto entusiasmo el poder ir a allá y estar juntos. Era como si sus sentimientos se habían mudado a otro lado. No quería pensar en que estaba gustando de otro, porque no se lo perdonaría, y más... si es de MoonBin. Osea, que le guste una persona que le ha hecho la vida terrible desde que llegó a la escuela es demasiado masoquista, y requiere de unas serías sesiones de terapia.

Aún así...

El contacto de sus labios no había desaparecido. Aún podía sentir los torpes movimientos de MoonBin sobre los suyos. Cómo hundía los dedos de su cintura, el calor corporal que le proporcionaba al tenerlo tan cerca y parpable. Eso estremecía su cuerpo. Nunca nadie lo había besado de esa manera tan... placentera, tan real y única.

Por las noches se despertaba con la piel erizada al creer que estaba aún en la habitación de MoonBin, besándose, pero están vez, sin separarse.
Si no en un escenario donde el beso, o más bien, los besos, intercalaban a caricias suaves y candentes en sus cuerpos, sonidos extraños y... una que otra cosa que no quería recordar por lo abrumado que lo dejaba.

Me enamoré de ti ᴮⁱⁿʷᵒᵒ (Gay) Onde histórias criam vida. Descubra agora