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CHAPTER ONE. ' BUSSINESS IS PRIORITY '
Los Sallow eran respetados en la región de Coventry por muchas razones, nadie podía negar que habían logrado posicionarse con esfuerzo propio. Las carreras de caballos era un negocio poco estable en el mercado, una verdadera ruleta de suerte que no siempre terminaba por generar el dinero suficiente como para mantener a una familia de tres hijos y mucho menos a un pequeño grupo de trabajadores. Fue por eso que Benton Sallow, el padre de familia encargado de la parte económica, obligó a sus hijos a tomar el rol que él les diera con tal de que el negocio no muriese después de años.
Los dos varones mayores eran totalmente un tema en las conversaciones en las calles, no era un gran secreto que ninguno era unido al otro. Siempre estaban en la boca de las personas de Coventry por su mal actuar, problemáticos desde adolescentes, poco pacientes y nada empáticos como algunas de las secuelas que había dejado la guerra en ellos. Sabían cómo resolver sus problemas por sí solos, por eso nadie osaba a meterse con ellos por el sencillo miedo que Corwin o Brendan Sallow perdieran la cordura y en un arrebato de ira sacaran un arma para disparar sin control.
Sin embargo, la única mujer de la casa, Rosalie ──Rosie para su padre──, era diferente en varios aspectos a ellos. Más silenciosa, calculadora y sobre todo una rebelde con muchas causas. Como el abandono de su papá por no ser hombre como sus hermanos, por esa razón no era igual de digna de llevar sobre sus hombros el inestable negocio familiar. Benton Sallow siempre repetía que su verdadera misión era la de conseguir un marido con una familia decente que arreglara sus problemas económicos de una vez por todas y así dejar de depender de las ilegalidades de las apuestas. Es por eso que el matrimonio era un tema que Rose no podía tolerar desde su niñez.
── Creo que ya es el momento de hablar qué demonios vamos a hacer con los bastardos de los Peaky Blinders── preguntó Corwin jugando con el cuchillo sobre la mesa de madera, rompiendo el ambiente tranquilo── Son un problema que no podemos seguir ignorando.
Rosalie levantó la vista del libro de finanzas donde anotaban las cantidades de dinero que entraban y salían. Si esas hojas llegaban a la policía, era el fin de los Sallow.
── Lo de siempre, eliminar a la competencia── respondió el hermano mayor.
── No funcionará── soltó Rose ganándose las malas miradas de los otros dos.
── ¿Y tú que vas a saber?── fue la simple burla de Corwin prendiendo un cigarrillo en su boca, Rosalie los había contado y ese ya era el quinto en el día── Tú solo te dedicas a los números y lo haces bien, así que déjanos el resto a nosotros.
La castaña rodó los ojos cerrando el libro con fuerza soltando un sonido fuerte.
── ¿Quieren desatar una guerra con los de Birmingham?── preguntó la castaña en tono de burla── Por lo que se sabe, Thomas Shelby es un hombre de negocios, pueden intentar solucionar el tema con un acuerdo justo sin la necesidad cortar gargantas ni gastar balas── dijo Rosalie escribiendo los cálculos sobre las hojas amarillentas.
