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CHAPTER SIX. ' DON'T TOUCH MY WIFE '
Rosalie Shelby sentía frío en la celda donde estaba. Se sentó en el sucio suelo totalmente sola, cuando llegar no tardaron en separarla de Freddie de forma sospechosa, su garganta ya estaba cansada de gritar exigiendo sus derechos como lo era una llamada. Sin embargo, parecía que nadie quería escucharla porque estaban a metros de ella y ningún policía era capaz de tomarla en serio.
── Malditos hijos de puta── susurró arrastrando su espalda por la pared hasta caer al piso. Su celda era iluminada por un foco que estaba a poco de quemarse, estaba muy helado y se abrazó a sí misma. Solo estaba usando el vestido que no le ayudaba en nada a abrigarse── Mierda.
A ese punto de la noche no le interesaba en lo absoluto si el vestido se manchaba o se rompía en cien pedazos. Escondió su rostro entre sus manos a la vez que un par de lágrimas caían por sus mejillas sintiendo mucha rabia consigo misma y con su padre quien era el responsable de su presencia en Birmingham, la había cambiado por un trato por negocios.
Le preocupaba dónde estaba Freddie, no entendía por qué no estaba con ella. Con tan solo poner un pie en la estación no tardaron en separarlos, a Rose la lanzaron a esa horrible celda que para su suerte estaba vacía, no le dejaban llamar a nadie, ni tampoco tenía idea a quién iba a hacerlo si sus hermanos se encontraban en Coventry muy lejos como para ayudarla.
── ¡Rosalie!
La nombrada levantó la mirada, se secó las lágrimas a la vez que su corazón se puso a latir más descontrolado.
── ¡No me toques!── exclamó un hombre furioso── ¡Quiero ver a mi esposa!
Rápidamente se paró, casi se cayó por tropezarse con su vestido: ── ¡John! ¡Estoy acá!
── ¡Rosalie!── exclamó el chico aliviado de escuchar la voz de su mujer a la distancia. El policía tomó de los hombros a John Shelby evitando que se acercara donde se encontraba las celdas── ¡Suéltame!
Empujó al hombre que no pudo con la fuerza bruta de Shelby, haciéndolo caer a unos metros de él. Atrás de él estaba su hermano mayor, Arthur que se apresuró a poner un pie sobre el cuerpo de policía evitando que este vuelva a ponerse de pie para que John pasara directamente el pasillo que lo llevó donde se encontraban las celdas de poca higiene y mal olor. Conocía el lugar a la perfección, ya había estado varias veces encerrado por meterse en problemas legales, así que el ambiente ya le era familiar.
── Rosalie── la llamó John encontrándose a la chica de brazos cruzados con la espalda apoyada en la pared paralela. Con verse mutuamente se terminaron calmando── ¿Estás bien?
