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CHAPTER SIXTEEN ' FUNERAL '
La dura noticia de la repentina e inesperada muerte de Benton Sallow tomó por sorpresa a la región de Coventry. Nadie podía creer que el líder del clan Sallow no volvería a dar una orden, temido y admirado, querido por sus trabajadores que jamás lo traicionaron y odiado por su única hija por el rencor que jamás sanó dañando su relación para siempre, sin dudas que la vida de Benton Sallow era digna de ser conmemorada. Decenas de personas habían llegado al funeral del hombre presentando sus sinceras condolencias a la viuda y a sus tres hijos ahora huérfanos, pero más a Dalia quien no dejaba de llorar de pie a un lado del cajón donde el cuerpo sin vida de su esposo por más de una década esperaba ser enterrado en su tumba, a un lado de Beatrice Sallow, la madre de los únicos hijos que heredaban el apellido y el único gran amor de su vida.
Caminando entre la gente, recibiendo a los asistentes solo por educación, Rosalie reconoce algunos rostros haciendo memoria del pasado. Varias flores decoraban el lugar, ramos, coronas, rosas sueltas sobre el cajón del difunto, unas personas la abrazaban invadiendo su espacio personal, pero Rose era incapaz de responder algo más que un flojo agradecimientopara después volver al estado de trance de tener las tumbas de sus padres frente suyo. Era revivir el trauma de la muerte de Beatrice, el mismo lugar en compañía de sus hermanos mayores, como si el tiempo no hubiese pasado para ninguno.
── Lo siento mucho, cariño── una mujer abrazó el cuerpo de Rosalie quien devolvió el gesto de formar automática sin decir ninguna palabra ni tampoco reconocer a la persona que le habla. De manera amable y casi maternal la señora le limpió una lágrima del rostro pálido── Ahora tus padres cuidan de ti y de tu hermosa bebé desde el cielo── susurró tomando sus mejillas.
Ella asintió con la mirada cansada, entre la reciente maternidad y la muerte de su padre el descansar no estaba siendo parte de sus días, siendo John el único apoyo que le quedaba. Sus ojos se llenaban de lágrimas otra vez, se preguntaba cuándo demonios iba a dejar de llorar como una niña, pensaba que iba a ser más fuerte una segunda vez, pero se sentía la misma niña desamparada. El cielo, ¿realmente existe un lugar así? No lo sabía, tampoco se trataba de una crisis de fé o algo por el estilo, solo que en ese momento no tenía certeza de nada, ni de sí misma. Se sentía observada por desconocidos, pero lo que más le molestaba era la pregunta constante de no tener la certeza si el asesino caminaba entre los asistentes.
Maldición, se volvería loca en cualquier momento.
── ¿Quieres un vaso de agua?── le preguntó su hermano Brendan acercándose a Rosalie notando su estado tan alejado de la misma realidad.
