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CHAPTER THREE. ' SAVE YOUR BROTHERS '
Rosalie era la única mujer de la familia Sallow, por lo menos en cuanto a sangre, ya que después de la temprana muerte de su madre, el padre de los hermanos tardó un par de años en casarse nuevamente con Dalia, una mujer que poco era del agrado para Rose por razones que no podía compartir sin generar un conflicto.
Los Sallow necesitaban de una lógica femenina más allá de sus impulsividades violentas. Es por eso que Rosalie era un pilar fundamental en el negocio familiar, era bastante razonable cuando las cosas se venían encima, evitando problemas, quería creer que lo había heredado de su mamá porque definitivamente Benton Sallow no poseía esa infravalorada habilidad. Lamentablemente, la desventaja más grande era ser una mujer en medio de un mundo donde no eran valoradas, así que la joven Rosalie Sallow jamás se haría cargo del negocio de la familia, según sus mismos hermanos, ella no sería capaz de cargar con tanta responsabilidad sin colapsar en el intento y mucho menos se imaginaban a la chica sosteniendo un arma para defenderse.
Se lo había dejado claro, simplemente no tenía lo que se necesitaba, es por eso que pronto se convertiría en un estorbo.
── No, esto es una locura── susurró Rose sentada en el sillón, su rodilla temblaba sin poder creer lo que acababa de escuchar de la boca de su padre. Nuevamente, levantó la mirada hacia Benton frente a ella, quien esperaba alguna clase de reacción luego de unos minutos de silencio interminables── Esto es una puta locura sin pies ni cabeza.
── Rosie, hija...
Rosie.
── Por favor, no me digas hija. Tampoco me llames Rosie── soltó poniéndose de pie de golpe── No te lo voy a permitir.
── Tú eres mi hija, siempre será así y punto── respondió el señor Sallow con un tono más tajante── Tienes entender que esto no es una propuesta, ve a arreglarte ahora mismo porque nos están esperando, ¿escuchaste? Es una jodida orden.
── ¿¡Quién demonios me está esperando!? ¿¡Los hombres a los que me vendiste como una maldita garantía!?── gritó Rosalie perdiendo el control de sí misma, lágrimas en los ojos amenazando por caer en cualquier segundo── ¡No me interesa, son unos malditos criminales!── corrió a tomar la chaqueta de Brenton y hacerlo entrar en razón── Esos tipos matan a sangre fría, sabes la reputación que tienen, papá, por favor, entiende lo que estás a punto de hacer. ¡No puedo casarme con un Shelby!
La reacción de su padre fue propia de su fría personalidad, sacando las manos de Rosalie sobre su costoso abrigo. Los ojos de la joven reflejaban desesperación, angustia ante la noticia del arreglo matrimonial entre los Sallow con los Shelby que la involucraba directamente a ella como una moneda de cambio que sería usada como término entre los conflictos territoriales con los Peaky Blinders. Nadie de su propia familia le comentó ninguna palabra sobre aquello ──incluyendo su madrastra──, porque todo sabían cuál sería su reacción y su negación terminaría por arruinar el trato.
