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CHAPTER NINE. ' BURNING DESIRE '
── ¿Lizzie Stark?── preguntó Rosalie haciendo su mejor intento por no soltarse a reír── ¿Te querías a casar con una prostituta? ¿Estás enamorado de ella? Porque podemos separarnos si quieres.
El bombardeo de preguntas llegó a John Shelby que estaba revisando un par de papeles. Tenía que analizarlos, pero la sola presencia de su esposa era una completa distracción
── No digas tonterías, Rose.
La castaña apretó los labios para no soltar una risa ante la molestia de John. Casi como un niño que prefería ignorarla antes de admitirle que pasó por su cabeza contraer nupcias con una mujer a quien conoció por acostarse con ella por dinero un par de veces. Aquello llegó a oídos de Rosalie por accidente, cuando Arthur se le escapó el hecho en una conversación como una anécdota antes de casarse con Rose.
── No enojes conmigo, solo me gana la curiosidad── lo siguió, por suerte no había nadie a esa hora, por lo que podía hablar con total libertad sin ser escuchados── No era un mal partido, parece llevarse bastante bien con tu familia── agregó haciendo referencia a que Tommy era un cliente frecuente de los servicios de Lizzie── No dudo que hubiesen formado una bonita pareja.
El tema no era nada del gusto de John que se negaba a responder.
── Intento trabajar y lo haces difícil.
Una sonrisa traviesa se formó en el rostro de la chica sabiendo que podría sacar provecho. Él no la miraba, excusándose con estar demasiado ocupado cuando en realidad estaba molesto con el tema, sabiendo que no estaba orgulloso de eso, todavía recordaba las risas burlonas tanto como la de su tía junto a sus hermanos cuando les comentó su brillante idea.
── ¿En serio? ¿Cuánto?── el rubio frunció el ceño mirándola con una carpeta en cada mano. Alzó los hombros para luego soltar un pesado suspiro── Bien, puedo irme si eso te ayuda.
John alzó su mirada de los documentos inmediatamente, sabía que Rosalie jugaba con él y por alguna razón no dudó en entrar. Dejó los papeles sobre la mesa tomando a la mujer del brazo para que se detuviera, Rose se giró a verlo satisfecha de haber obtenido la reacción que esperaba, se quedaron mirando a escasos centímetros el uno del otro limitándose a chocar sus alientos mientras el rubio se tomaba el atrevimiento de buscar la cintura de su esposa con sus manos para atraerla despacio.
── Deberías volver al trabajo── soltó ella tratando de no volverse loca cuando los labios de John se fueron a su cuello, solo rozando su piel con suavidad, provocando cosquillas en su cuerpo── Maldita sea── soltó apretando el brazo del chico al sentir un escalofrío recorrerla.
