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CHAPTER TEN. ' EYES DON'T LIE '
Cuando John le dijo todo fue bastante específico, Rose no pudo dormir en toda la noche de la ansiedad que sentía su cuerpo, seguro era mejor idea nunca haberse enterado. Le fue imposible lograr quedarse quieta por más de cinco minutos, dio vueltas sobre la cama demasiadas veces como para no despertar a su esposo que realmente necesitaba descansar. Tuvo que abrazarla, rogarle que se durmiera prometiéndole que todo estaría bien y que nada le sucedería a él ni los hermanos Sallow.
Despertaron temprano por el ruido de los niños que no sabían ser cautelosos y deseaban cocinarse el desayuno por su cuenta. Rosalie se cubrió la cabeza con la almohada soltando una queja, su esposo se removió sin abrir los ojos buscando a la castaña como reflejo. Lo abrazó sin poder guardarse la sonrisa de ver a John dormir como un bebé, se comenzó a reír al darse cuenta que él ya estaba despierto desde antes.
── No te sale── se burló Rose.
── ¿Qué cosa?
── Si estuvieses todavía dormido no me responderías── respondió alzando una ceja. John hizo una mueca de cansancio tapando su cara con la sábana── Tienes que ayudarme a hacerle desayuno a los chicos.
── No quiero── contestó el rubio con pereza── ¿Puedes venir a dormir conmigo?
Rose soltó una pequeña risa, seguía acostada a su lado porque en el fondo no tenía ganas ni de sentarse en la cama.
── No.
── Cinco minutos── la tomó de la cintura, atrapándola en sus brazos por sorpresa.
La mujer tuvo que intentar no caer ante la tentación de seguir acostada, con un gran esfuerzo se puso de rodillas en la cama pasando sus piernas por cada lado del cuerpo de John que no tardó en abrir los ojos para no perderse la maravillosa vista.
── Buenos días── saludó él con una sonrisa coqueta pasando las manos por las piernas de Rosalie.
── ¿Entonces esta es la única forma de que despiertes?
── ¿Puedes culparme?
La sonrisa de la castaña fue seguida de una carcajada golpeando el rostro de John con la almohada. Fue entonces que el rubio tomó las caderas de su esposa para voltear los papeles quedando él por arriba, la exclamación de Rose pasó las paredes siendo atacada por los labios de su esposo contra su cuello causando cosquillas.
