Capítulo 10

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Yeosang no estaba exactamente seguro de lo que pasa después. Bueno, no sabe lo que pasa: están ebrios.

A partir de allí todo se vuelve borroso.

Recuerda que Wooyoung se queja y se queja de que quiere bailar, San negándose firmemente al no querer levantarse de su asiento y entonces… Entonces por alguna razón los tres se encontraban en la pista de baile, la música bombeando en el aire y cuerpos sudorosos atrapándolos.

Recuerda a Wooyoung entre ellos, las manos de San sobre su cintura y las suyas en el cuello del menor, mientras mientras éste movía sus caderas entre ambos. Recuerda a Wooyoung arqueando su espalda, presionando su trasero contra la entrepierna de San, la música olvidada y el cuello inclinado como invitación y él mismo se encontró repentinamente besando sus clavículas. Los ojos de San apegados a los suyos, con la mirada hambrienta, su suave mano tirando suavemente del cabello negro del chico, haciendo que se le entrecortara la respiración a ambos.

Recuerda eso.

Aunque realmente no recuerda cómo terminaron en uno de los baños sucios del club, fumando hierba.

Wooyoung está sentado en el suelo, con las piernas estiradas sobre la puerta del baño. San está sentado en el inodoro y Yeosang se encuentra sentado sobre su regazo. San tiene rodillas huesudas, pero la mano posada en su abdomen hace que se sienta cálido. Yeosang toma una calada del porro, exhala y observa como el humo desaparece entre las luces rojas del baño.

“Tengo hambre.” Murmura San, Wooyoung asiente, Yeosang lleva el porro a la boca de San y aquel envuelve sus labios en éste, inhala, y exhala. Yeosang mira fascinado todo el proceso.

“Quiero hamburguesas.” Dice, pasándole el porro a Wooyoung. “Como Burger King o esa mierda.”

“Joder, yo también.” Wooyoung toma una calada. “Bin me dijo que tiene como que, mucha comida chatarra en el departamento. Golosinas y esa mierda. Tal vez Poptarts.”

“El sueño americano.” Susurra Yeosang, cerrando sus ojos.

“El sueño americano importado.” Dice Wooyoung, riendo, y le pasa el porro a San.

Hay silencio por un rato, sólo la música amortiguada por las paredes de fondo.

“No sé si ustedes sienten lo mismo…” comienza San, con la voz mucho más grave de lo normal. “Pero nunca me había sentido tan bien.”

Wooyoung frunce el ceño.

“¿Colocado?”

“No, sólo bien. Me siento bien.” San pone el porro entre los labios de Yeosang. “Joder, me siento vivo. Incluso desde ayer.”

Yeosang ríe.

“Mierda, hombre.”

“Aunque es cierto.” Dice Wooyoung, sonriendo suavemente. “Es lo mismo para mí. Poniendo toda la mierda de lado, esto no está tan mal.”

Yeosang no dice nada. Están en lo correcto. Todo el viaje fue divertido, conocerles fue inesperado y en una situación tan extraña que casi podría reír. Trató de matarse al saltar frente al auto de San y ahora está aquí. Vivo. Disfrutando su vida. Tal vez sea el alcohol. O la marihuana. O tal vez sean ambas cosas las que hagan que piense de esa forma.

“Tiene que ser totalmente jodido que nos sintamos así, ¿No creen?” Pregunta San.

“Sí.” Dice Yeosang, Wooyoung se encoge de hombros.

“Tal vez sea una señal.” Dice.

“¿Una señal de qué?” San observa a Wooyoung, trazando círculos en el estómago de Yeosang con su pulgar.

“Una señal de que tal vez deberíamos permanecer juntos.” Susurra Wooyoung.

San no habla por un largo tiempo después de eso, sus ojos observando el techo en el cual las luces rojas titilan.

“Sí.” Murmura finalmente, sus palabras casi pérdidas en el eco de la música. “Sí, deberíamos.”

Wooyoung suelta una risa.

“Los amo, joder.”

EPOCH | WooSanSangWhere stories live. Discover now