Capítulo 22

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“Se te ven las raíces.”

San hace un sonido de afirmación, su cabeza descansando en las piernas de Wooyoung mientras miran la televisión, Wooyoung pasando sus dedos a través de su cabello.

“Tienes que pintarte el cabello de nuevo.” Dice Wooyoung.

“No tiene remedio.”

“También está demasiado largo. Casi cubre tus ojos, deberías de cortarlo.”

“Como dije, no tiene remedio.”

Wooyoung hace un puchero, aún masajeando su cabellera, San cierra los ojos y disfruta de la sensación.

“Aunque sí tiene remedio.” Wooyoung pellizca ligeramente su mejilla. “Puedo cortarlo y pintarlo.”

“¿Puedes?”

“Era un estilista en Daegu, ¿Recuerdas?”

“Sólo déjalo así, está bien.”

“¡Pero me gusta tu cabello!” Wooyoung usa la voz, la voz que utiliza cuando en serio quiere hacer algo. “Vamos, déjame cortar tu cabello. También te haré un tratamiento. Pondrá tu cabello tan suave.”

San suelta un quejido y lo mira, Wooyoung observándole con una sonrisa maliciosa en sus labios, ojos iluminándose con expectación. Y San es demasiado débil por él, así que acepta.

Al siguiente día, Wooyoung vuelve con una bolsa plástica llena de productos para el cabello, desde un shampoo que es bueno para el cabello pintado hasta lociones, cremas y máscaras capilares, dos botellas de tinte, decolorante y un set completo para tintar.

Yeosang está fuera, Changbin le había pedido ayuda para un evento que preparaba y quería que Yeosang le ayudara a buscar un DJ decente pues los otros son una mierda y “Yeosang es el único que tiene gustos decentes con respecto a la música aquí.”

San se sienta en una silla de madera en la cocina, Wooyoung está usando una camiseta blanca vieja que le dio San para que no manchara sus camisetas satinadas, usando un par de shorts de básquet que le pertenecían a Yeosang. Mezcla en un bol el tinte, tarareando para sí mismo una canción que San está seguro que ha oído antes.

San deja que sus ojos permanezcan en las piernas de Wooyoung, suaves y pálidas.

“He querido preguntarte, pero, ¿Te afeitas?”

“No.” Responde Wooyoung. “Me depilo.”

“¿No es doloroso?”

Wooyoung se encoge de hombros.

“Te acostumbras, no duele demasiado. Me gusta que mis piernas estén suaves.” Arquea una ceja. “A ustedes también.”

“No me quejaba.”

Wooyoung sonríe y pone en sus manos un par de guantes látex, y luego toma un bol y lo pone en la mesa de la cocina cerca de San.

“Lo voy a tintar primero, luego lo cortaré.” Dice. “Déjame decolorarlo.”

San deja que Wooyoung trabaje silenciosamente, ignorando el ardor del decolorante en su cuero cabelludo. Wooyoung le asegura que mezcló el decolorante con una máscara capilar para que no queme su cabello y lo deje más suave.

“¿Te gustaba ser estilista?” Le pregunta San mientras esperan a que se decolore.

Wooyoung hace un sonido en su cigarrillo.

“Sí, era divertido. Me gustaba hacer que las personas se sintieran más seguras, o sólo hablar con ellos. Cada vez que cortas el cabello de las personas, apenas ven su reflejo, tienen algo en sus ojos como si no pudieran reconocerse por un segundo. Siempre disfrutaba de eso más que del trabajo en sí.” Le sonríe un poco. “Extraño esa tienda, era acogedora. Tenía muchos clientes regulares, una chica que cada tres semanas volvería y escogería el color de cabello más extraño. Todo le quedaba muy bien. También había un niño, su madre siempre hacía que le hiciera un corte de hongo y lucía como uno, cada vez que lo veía me miraba sin expresiones y decía 'la próxima vez sólo córtalo todo'.“

EPOCH | WooSanSangWhere stories live. Discover now