Capítulo 15

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Una tarde, cuando el calor del verano es demasiado, se quedan en casa.
Wooyoung le da a Changbin una rápida llamada, diciéndole que no irán al club, y terminan sentándose en el sofá, mirando la televisión sin realmente prestarle atención, el pequeño ventilador que consiguieron está en la mesita girando perezosamente de lado a lado, apenas calmando la pegajosa calidez.

“Vamos a morir.” Susurra Wooyoung. “Este calor va a matarnos.”

“Qué dramático.” Dice San, pero está sudando como loco.

“¿Sabes qué deberíamos de hacer?” Yeosang masajea su cuello. “Deberíamos emborracharnos. O drogarnos.”

“Drogarnos.” Dice Wooyoung. “Si bebemos hará más calor.”

“Buscaré la hierba.” Yeosang se levanta del sofá y va al cuarto inhabitado que usan para guardar sus cosas.

Wooyoung trata de recibir aire con su mano, quejándose.

“A la mierda todo, hace demasiado calor.”

Se va del sofá y se quita su camiseta y pantalones en la habitación. Abre el closet y busca la túnica que compró unos días atrás, hecha de suave y delgada tela, larga con mangas cortas. La consigue y se la pone, sin realmente amarrarla bien porque no le apetece, y vuelve a la sala de estar.

Se sienta pesadamente en el sofá, suspirando cuando el frío aire golpea su pecho desnudo. Eso está mucho mejor. Ya todos están en ropa interior de todas formas, la vergüenza de perdió hace mucho. Demonios, incluso duermen semidesnudos ¿A quién le importa mostrar un poco de piel?

Le envía una mirada a San y lo observa mirando fijamente su pecho, bajo su esternón. Wooyoung aprieta los labios. San entonces aparta la mirada y se relame los labios.

“Bien, droguémonos.” Yeosang dice mientras vuelve a la sala, luego silba. “Dios mío, Wooyoung, te ves bien.”

“Cállate.” Se ríe Wooyoung.

Yeosang se sienta en el sofá, un porro en sus dedos y lo enciende, inhalando en pequeñas caladas hasta que la punta se encuentra rojiza. Exhala una gran nube de humo y se lo pasa a Wooyoung.

“Que noche tan emocionante.” Murmura San.

Wooyoung se da cuenta de tres cosas esa noche.

Primero, que cuando San está colocado, ríe muchísimo más. Carcajeando en voz baja por casi todo, relajado de una forma que luce muy extraña en su cara.

Lo segundo es que Yeosang se vuelve mucho más ruidoso y hablador, su risa es tan fuerte que puede romper las paredes, sus labios casi siempre estirados en una enorme sonrisa y sus ojos iluminándose con diversión.

Lo tercero no es una realización, es más como un recordatorio. En realidad pierde la vergüenza cuando está colocado. Lo cual explica porqué, luego del segundo porro, se encuentra en el medio de la habitación, con un cigarrillo entre sus labios, moviéndose suavemente con una canción que suena desde el viejo tocadiscos de Changbin, música jazz inunda el aire.

A Wooyoung ni siquiera le gusta el jazz, pero aún así baila al son de éste, sonriendo con los ojos cerrados, su cabello hacia atrás porque está sudando demasiado y, en realidad, lo está disfrutando. Está un poco mareado, pero no lo suficiente como para que sea incómodo, un placentero zumbido en sus músculos, su mente relajada de negatividad. La está pasando bien.

“Tienes buenos movimientos, Woo.” Dice Yeosang, sentándose en el sofá con sólo su ropa interior, su camisa está olvidada luego de que el calor se volviera insoportable.

“Mmmh” Wooyoung gira, sus caderas siguiendo el ritmo de la canción. “Solía bailar en Daegu, cuando era más joven.”

“¿En serio?” Pregunta San, los botones de su camisa casi abiertos por completo.

EPOCH | WooSanSangWhere stories live. Discover now