Capítulo 35

602 84 0
                                    

“Tenemos que irnos.”

Yeosang frunce el ceño y mira a San. Apenas había llegado a la habitación después de
permanecer afuera una hora hablando con Jongho. Está sosteniendo con fuerza su celular.

“¿Por qué?” Pregunta Wooyoung, dejando de tocar la cabeza de Chayanne y sentándose
en la cama. “¿Qué pasa?”

San cierra la puerta y se inclina sobre esta.
“Jongho me dijo que aún hay miembros de Imoogi Pa en Busan, buscándonos.”

“¿Cómo sabe?” Yeosang traga sus preocupaciones e intenta mantenerse con calma.

“Ha estado hablando con un amigo mío, Yunho. No se metió en el esquema del dinero
pero sabe lo que está pasando.” San se relame los labios. “Aún están buscando, no sólo en
Busan.”

“Bien.” Wooyoung asiente. “Ok, entonces nos vamos a otro lugar. Otra ciudad.”

“No podemos quedarnos en Corea.”

Los ojos de Yeosang se abren bien al oír eso.
“Espera, ¿Qué?”

“Ya no es seguro quedarnos en Corea.” Repite San. “No por ahora.”

“Bueno, entonces ¿Qué hacemos?” Pregunta Wooyoung. “Porque no he visto las noticias,
pero intentaré adivinar y decir que he aparecido e irnos de Corea no será fácil.”

San asiente. “Sí, por eso vamos a Seúl primero.”

Yeosang se paraliza. “¿Seúl?”

San asiente. “Enorme ciudad, pensaron que me escondía ahí pero no estarán allá por ahora, es más seguro.”

No pueden ir a Seúl. Cualquier lugar excepto Seúl.

“¿Por qué esa ciudad?” Pregunta Wooyoung. “¿Sólo porqué es más seguro?”

“No, conozco a alguien que nos va a ayudar. Y habló de verdadera ayuda.”

Seúl no. Debería decirles, joder, Yeosang debería suplicarles que no se acerquen a Seúl,
que no quiere poner un pie en esa maldita ciudad otra vez.

“Hey, ¿Estás bien?”

Yeosang los mira y observa a San, viéndolo con el ceño fruncido.

No está bien.

Diles.

“Te parece bien, ¿Cierto?”

No, no. No podemos ir a Seúl. Se los suplico.

“Sí, seguro.” Yeosang sonríe, su corazón latiendo tan fuertemente que puede sentir que retumba en su cabeza. “Si crees que alguien puede ayudarnos.”

“Nos ayudará.” Responde San. “No tiene opción.”

“Entonces vamos a Seúl.” Dice Wooyoung. “¿Cuándo nos vamos?”

“Ahora mismo sería mejor.”

Yeosang aprieta la mandíbula.

“Y nos vamos en tren.” San saca un cigarrillo de su paquete. “No es seguro usar el auto, es
robado.”

“Voy a empacar.” Wooyoung toma a Chayanne en sus brazos y se baja de la cama, buscando la ropa.

San suspira. “Woo.”

“¿Mh?”

“El gato.”

“¿Qué con él?”

San necesita un momento. “No podemos llevarlo.”

Wooyoung deja de moverse. Yeosang puede verlo acercándose más al gato, sin voltear
hacia ellos.

“Oh.” Murmura. “No estaría… él no molestaría a nadie.”

“Wooyoung.” San niega con la cabeza. “No podemos quedárnoslo, es demasiado
peligroso.”

Chayanne maúlla y Wooyoung lo observa, cuando voltea hacía ellos sus ojos ya se
encuentran rojizos.

“No podemos dejarlo solo. Él…” Wooyoung se muerde el labio temblorosamente. “San,
no podemos dejarlo.”

“Por eso dije que no le pusieras nombre al jodido gato en primer lugar.”

“¡No me reprendas ahora mismo!” Wooyoung pone su nariz en la cabeza del gato. “Va a
morir si lo dejamos solo.”

“No vamos a dejarlo solo.” Dice Yeosang, hablando de nuevo antes de que San lo
interrumpa. “Conozco a alguien que puede cuidarlo.”

La prostituta mira al gato en sus brazos y arquea una ceja en confusión.

“Oye, pequeño, ¿Qué se supone que haga con esto?”

Yeosang suspira. “Por favor, quédatelo.”

“¿Qué?”

“Mi novio lo encontró hace unos días y lo alimentó.” Yeosang apunta hacia San, que se
encuentra detrás de él. “Entonces mi otro novio le puso nombre y ahora quiere llevárselo pero no podemos quedárnoslo.” Yeosang apunta hacia Wooyoung, que toma la manga de San como un niño.

La mujer abre y cierra la boca repetidas veces.

“N-No sé si esté calificada para cuidar a un gato.”

Yeosang se queja.

“No, no, te lo pido. Por favor, no se irá con nosotros a menos de que alguien se
quede con el gato.”

“Es un buen gatito.” Dice Wooyoung, Yeosang intenta no sonreír porque Wooyoung está
usando la voz. “Es silencioso y no molesta, sólo necesita comer y un poco de cariño. Juro
que no te molestará del todo. ¿Por favor?”

Yeosang mira a la mujer derritiéndose al ver la cara triste de Wooyoung, llena de ojos
brillosos y labios sobresalientes.

San carraspea, claramente intentando no reír.

La prostituta suspira.

“Supongo que no tengo opción, ¿No es así? ¿Cómo se llama, chico tierno?”

“¡Chayanne!” Exclama Wooyoung aliviado. “Su nombre es Chayanne.”

La mujer le sonríe al gato. “Un lindo nombre para un lindo gatito. Bien, me lo quedo. Si los hace felices.”

“¡Sí!” Wooyoung le sonríe a la mujer. “¡Muchas gracias!”

“Oh, qué bueno.” Murmura San, ya intentando llevarse a Wooyoung, y el chico
resistiéndose.

“A Chayanne le gusta tomar baños pero sólo si no le mojas la cabeza.” Grita Wooyoung
mientras San se lo lleva al estacionamiento. “Y le gusta dormir en el pecho y sólo come
comida costosa de gatos con atún, ¡No come nada más!”

Yeosang hace una mueca.

“No escuches lo de la comida, come lo que sea. También calcetines.”

La mujer sonríe.

“Así que esos son tus novios. ¿Ves? No se fue por la mañana.”

“Cierto.”

“¿Entonces te vas?”

Yeosang asiente. “Sí, a otra ciudad.”

“No pareces feliz por ello.” La prostituta pasa uno de sus pulgares con gentileza en la
mejilla de Yeosang. “No pierdas esos ojos. Son sinceros.”

“Yeosang, ¡Muévete antes de que Wooyoung intente traer al gato de vuelta!” Grita San, ya
entrando al auto.

“¿Estarás bien?” Pregunta ella, Chayanne ronroneando en su pecho.

“No lo sé.” Responde Yeosang. “Eso intentaré.”

Mientras conducen a la estación de tren, Yeosang piensa que nunca le preguntó su
nombre a la prostituta. Y que ella tampoco le había preguntado.

Por un momento, se siente como otro de esos hombres sin nombre.

EPOCH | WooSanSangWhere stories live. Discover now