4.

4.8K 533 705
                                    


4. Número.

Un chico de cabellos marrones y de lentes entro a la tienda con una sonrisa en su rostro, era evidente que el hechicero no sabía que uno de sus amigos lo había vendido por muchas tortillacoins de oro.

Spreen lo observó por unos segundos, el hechicero no estaba vestido tan extravagante como en la televisión, no tenía puesto ese llamativo sombrero y no llevaba grandes prendas, ahora parecía una persona más normal.

El castaño aunque venía rápidamente a comprar un funko, saludo alegremente al par de amigos encubiertos.
—Helloo, ¿son nuevos por aquí?—

—Si, vine a comprar algunas cosas.— Contestó spreen y betra asintio tras de él.

—El buen de spreen vino a comprar toda la colección de funkos que tenemos.— El rubio se unió a la conversación, como siempre buscando también su beneficio monetario.

Spreen alzó una ceja, no podia creer que tanizen le buscaba sacar más dinero aún.

—A perrooo, debes tener un chingo de dinero, ¿no me quieres comprar uno como acto de caridad?— Juan lo miró fingiendo inocencia y betra intento no reírse, su amigo en su vida gastaría dinero por otro persona.

Spreen en cualquier otro momento, como sabía betra, hubiera dicho que no y seguramente algunos insultos acompañarían su respuesta, pero está vez era diferente, quería agradarle el hechicero para que así este tuviera un poco más confianza en el y así tener más posibilidades que conteste a sus preguntas.

—Claro, ¿cuál querés?— Spreen habló sin rastro de duda o burla en su voz demostrando que lo decía en serio.

Por su lado aunque nadie podía verle el rostro por la máscara que llevaba, betra estaba completamente atónito.

El argentino maldecia en su interior a spreen solo ayer su amigo se negó a comprarle un postre de una pastelería porque disque "yo no trabajo para que mi dinero vaya a  vos " y ahora como si nada le iba a comprar un funko a este tipo de lentes que era un completo desconocido.

"Re simp" pensó betra mientras observaba la situación.

—Ay cabron— Juan se rio un poco sorprendido y avergonzado al mismo tiempo, se sentía como un completo sinvergüenza aprovechandose de alguien quien recién conoce. —Era broma, tengo dinero para comprar un funko.—

—Pero no hay problema, en serio.— Spreen no podía dejar pasar esta oportunidad, este funko podía dar a inicio a seguir manteniendose en contacto después de esto y ya no necesitaría pasar largas horas investigando sin encontrar los resultados que quería.

Hoy día un funko, mañana una entrevista exclusiva.

—¿Lo haces porque dije lo de caridad? No soy pobre, de hecho tengo dinero de sobra y—

—¿En serio no lo querés? no es joda, no es como si fuera un gasto de otro mundo, aparte parece que vos lo querés mucho, no me molesta en serio. —

Juan no quería verse como un total aprovechado, pero si el azabache entragaba su dinero en bandeja de plata quien era el para negarse.

—¡Bueno! ¡Si tanto insistes!— Juan se dirigió a noni, que estuvo como los otros 3 viendo completamente callado la situación. —¿Tienes ya el funko de dpool que quería? Mi buen amigo... —

—Spreen.— completo el azabache al ver que el hechicero intentaba recordar su nombre.

—¡eso! mi buen amigo spreen me lo va a comprar.— La sonrisa que tenia el hechicero era, según el argentino, muy radiante, lo que aún no sabía spreen es que Juan tenía esa sonrisa radiante cada que veía que ahorraría un poco de dinero.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Where stories live. Discover now