32.

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32. Solos en el parque.

Sus manos estaban entrelazadas, caminaban a un paso tranquilo y Juan de vez en cuando señalaba algunas cosas que le parecían interesantes, estás eran algunas casas con un estilo muy "vintage" como burlonamente lo decía el o carros algo viejos y oxidados, también lo jalaba para que viera algunos perros corriendo con una ropa abrigadora muy tierna.

El le devolvía la sonrisa solamente y regresaba su mirada en el camino, su mente estaba consumida por pensamientos que cuestionaban y alborotaban su vida hasta ahora.

Era un idiota, había tenido la oportunidad perfecta para revelar su secreto, estaba preparandose mentalmente para eso, pero al esuchar la teoría de Juan no pudo evitar mentir nuevamente, quería evitar el conflicto, quería correr de sus problemas, quería cambiar el pasado.

El sabía que no podía hacerlo, no por sus nuevos sentimientos las mentiras que dijo desde un comienzo desaparecerían, no quería admitirlo pero estaba asustado, aterrado, no quería que Juan lo dejara pero también estaba asustado de lo que pasaría después, todos sabían que sí una relación comienza por mentiras estas estaban destinadas a derrumbarse por las malas bases que tenía.

Inconscientemente apretó un poco más fuerte la mano de Juan, quería comprobar que seguía a su lado, el hechicero lo volteó a mirar confundido pensando que lo llamaba.

—¿Spreen?—

Spreen volteó a verlo también. —¿Qué?—

—So.— Juan rio escandalosamente, parecía que había contando el mejor chiste del mundo. Se limpio con su mano libre una pequeña lagrima que se escapaba de sus ojos.

—Ja, Ja, Ja. Qué divertido sos Gafotas.— Spreen habló con sarcasmo.

Juan lo miró orgulloso. —Conmigo nunca te faltarán las risas, mira, te convengo.—

No pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro pero rápidamente la intentó ocultar al ver el narcisismo creciendo en juan. —Cómo digas.—

—Spreen, muéstrame lugares donde te divertias de niño.— Juan habló con entusiasmo, quería conocer un poco más a spreen y estar en el lugar donde vivió toda su infancia podía ayudar a hacerlo.

¿Divertirse? ¿Qué tan patético sonaba decir que no lo dejaban salir de su casa cuando era niño?

—Oh, eh...Si. Hay un parque. Creo...— Spreen intentaba hacer memoria, intentaba recordar cuando espiaba por la ventana de su cuarto en el ático y veía a la distancia a niños yendo en grupos y entre risas hacia ese parque que tanto anhelaba ir.

—Hay que ir, así revives momentos de tu niñez, y ahora que estoy aquí será claramente mejor. — Juan sonrío, aunque su voz tenía un toque de egocentrismo en realidad estaba emocionado de pasar el día con spreen reviviendo recuerdos pasados que el no sabía que spreen no vivió.

Spreen lo pensó durante unos segundos, no había momentos que "revivir" , lo único que recordaba de su niñez eran cosas desagradables y molestas, quería negarse, se sentiría bastante tonto jugando en el parque cuando nisiquera lo hizo de niño, pero nuevamente el pensamiento de estar con Juan a solas y divirtiéndose no le era para nada mala.

—Dale.—

(...)

El parque era muy colorido, habían unos largos toboganes, unos grandes columpios, unos cuantos balancines, carruseles y demás juegos, definitivamente cualquier niño estaría fascinado por el lugar.

Y aunque spreen no era un niño se sentía como uno, estaba un poco emocionado, era la primera vez que pisaba ese lugar, cuando era apenas un niño su padre le prohibía ir porque "no se lo merecía",cuando se volvió adolescente y tuvo un poco más de libertad no le vio interés porque todo su círculo social y familiar le decía "ya no eres un niño".

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Where stories live. Discover now