7.

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7. Tarde.


El sonido repetitivo y molesto del despertador sonaba fuertemente por toda la habitación, el pobre aparato intentaba hacer su trabajo sin éxito, siendo sinceros ni el terremoto más fuerte despertaría al azabache ahora.

Tal vez no un terremoto pero si un rasguño en su brazo.

Spreen parpadeo varias veces intentado despertarse por completo, siguió en ese pequeño transe unos segundos antes de que su brazo fuera arañado de nuevo.

—Auchh.— Spreen se sentó en su cama y  miró la habitación, el dolor de cabeza comenzaría muy temprano hoy.

Ropa tirada por todos lados y su closet con los cajones afuera era lo único que se veía en su cuarto, la ventana estaba abierta y el brillante y molesto sol le caía directo a los ojos haciéndole lagrimear levemente por su vista cansada.

"Me re cargaron, me robaron la puta que me parió." Spreen se levantó tan rápido de su cama que no se dio cuenta que su pierna estaba enrollada en su colcha y se cayó de cara al piso.

Dios, llévame ya. — Spreen se dio la vuelta en el suelo para quedar mirando boca arriba al techo, su mente aún estaba adormilada, tal vez un poco más de lo habitual por el golpe. Se sobo con cuidado la frente, eso dejaría un moretón.

Un gato que había observado la torpesa de su dueño se tiro sobre el justo en su estómago sacándole un poco de aire al argentino.

Los maullos inundaron la habitación, el despertador no se quedo atrás y sonaba igual de fuerte, el maldito sol le seguía molestando los ojos y ahora le dolía la frente, que buena manera de comenzar el día.

Spreen luego de unos largos minutos sintiéndose derrotado en el suelo recordó lo que pasó ayer.

Flashback.

—Nah, muy simple, eso lo usas siempre.— carrera le quito de las manos una camiseta azul. —amigo, no tenés sentido de la moda.—

Spreen se sentó en su cama un poco frustrado, ¿cuánto tiempo llevaban desordenando sin piedad su closet? El azabache miró el reloj con cansancio, tres de la madrugada.

Tres de la madrugada, hora de que carrera se vaya a la mierda según spreen.

—¿No deberías irte? Barry debe tener hambre, sos un pésimo dueño. — Spreen comentó con la intención de que su amigo le hiciera caso y se fuera, pero carrera siguió haciendo conbinaciones de ropas que se vieran bonitas en spreen.

—Soy un dueño genial callate, aparte robleis esta con barru.—  Carrera se acercó a él con una camiseta de doble manga color negro con rayas rojas, un pantalón ancho negro y una cadena de plata, orgulloso del outfit que hizo se lo entregó a su amigo. —Esto te quedará re bien.—

Spreen miró la ropa sin mucho interés, luego se levantó de su cama para dejar la ropa doblada en una silla, separandola del desastre de la habitación. —Bue, ya tenemos la ropa, ahora vete, tengo un sueño pero mal boludo. —

Carrera lo miró un poco ofendido. —¿No me dejas quedarme? son las tres de la mañana ¡la hora del diablo! que pasa si en el camino se aparece un fantasma y me mata y no me volvés a ver. —

—Tomaré el riesgo.— Spreen camino hacia la puerta con carrera haciendo un pequeño berrinche detrás de él.

—Sos un cruel, y yo que vine a ayudarte con toda mi buena fe. —

Spreen abrió la puerta sin sentirse culpable en lo absoluto. —No pedí que lo hicieras, ahora chau.—

Carrera suspiro sabiendo que su amigo no lo dejaría quedarse por más que insistiera, derrotado se puso su capucha así al menos protejeria sus orejas del frío. —Suerte en tu cita.— El castaño salió del departamento y Spreen cerró la puerta luego de despedirse.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt