11.

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11. Culpa.

Spreen después de esa agotadora salida de amigos había regresado finalmente a su departamento, necesitaba darse una buena ducha caliente y luego, mientras tomaba una tasa de café, escribir en su laptop lo que le había dicho Juan ese día, así podría comenzar a tener un registro más organizado de lo que decía o hacia el hechicero.

Pero nada más abrir la puerta su pequeño plan se desmoronó, en su sala habían dos personas muy conocidas suyas, estas jugaban entre risas a ponerle ropa a querido gato, al parecer sin notar su presencia aún.

— Che, ¿Qué hacen aquí pelotudos? — Spreen preguntó rompiendo el ambiente divertido que habían formado sus dos amigos dentro de su apartamento, ellos al escucharlo se levantaron de inmediato de la alfombra dejando por fin libre a pelusa, que al ver la oportunidad de escapar salió corriendo sin pensarlo.

— ¡Amigo...! ¿Cómo te fue en tu cita? — Su amigo de cabellos negros endoluados preguntó emocionado mientras se aprovechaba a sacudir los pelos de gato que se pegaron en su ropa al intentar ponerle un vestidito a pelusa.

— Que no era una cita bolu- espera... ¿cómo mierdas sabes de eso? — Spreen dirigió su mirada afilada a carrera quien al verse descubierto se puso nervioso y tiro los vestidos y moños que había traído para ponerle a la gata.

— ¡Perdóname! Es que... ¡No pude contenerme y robleis estaba de curioso y yo...! ¿¡qué queres que hiciera!? —

Spreen quería asesinar a carrera con sus propias manos, Dios lo había maldecido al tener un amigo así de chismoso.

— No te enojes con Carre. Yo pregunté, ¿sabés que pudiste decirmelo? — Había una sonrisa empatica en Robleis, tal vez intentado reflejar confianza para que el azabache se abriera a hablar con ellos más tranquilamente. —¿Desde cuando lo sabes? —

Spreen se golpeó en la frente con la palma de su mano, todo esto estaba muy sacado de contexto, las miradas extrañadas de sus amigos no se hicieron esperar ante su repentina acción.

¿Robleis y Carre habían dicho algo incorrecto?

No lo sabían, pero Robleis ya andaba deduciendo que Spreen no estaba listo para hablar de su orientación sexual abiertamente o que tal vez aún no terminaba de autodescubrirse.

Y en cambio, Carrera estaba seguro que Spreen quería darle unas buenas piñas.

Todo muy alejado de la realidad, bueno, lo último si era verdad.

— No era una cita. Solo era una salida de amigos, Juan no me gusta. — Spreen estaba un poco cansado de repetirlo, odiaba cuando los demás no escuchaban lo que decía y seguían insistiendo con la misma mierda.

— ¿Juan? — Carrera preguntó incrementando la curiosidad que tenía desde ayer. — ¿Así se llama tu cita? —

— ¡Que no es una cita pelotudo! — Spreen ya estaba harto, ¿cuántas veces tenía que decir que no veía a Juan de esa manera? si seguían pensando así para ahorrarse los futuros disgustos diría todo su plan.

— Esta bien amigo, calmate. — Robleis intentó apaciguar el enojo de su amigo. — No queríamos molestarte, solo estábamos felices por ti. —

Carrera asintió apoyando la idea de su amigo, aunque no podía evitar sentirse un poco culpable, culpable de irritar a Spreen y de precionarlo a decir cosas que no quería hablar aún, aveces se sentía un mal amigo por ser un chismoso y boca suelta, aunque no lo hacía con mala intención eso no quitaba la culpa que sentía cada que Spreen lo miraba nuevamente decepcionado y enojado por decir cosas demás.

Tal vez por eso su amigo no confiaba en el.

— Creo que estamos molestando nada más, vámonos wacho. — Carrera se sentía culpable y su vergüenza era notable a kilómetros, pero Spreen solo lo miraba con su clásica indiferencia. — Podés hablarnos cuando te sientas cómodo. — Carrera sonrió un poco apenado y se fue, Robleis un poco confundido por todo lo sucedido se despidió de Spreen y fue detrás de su otro amigo.

Lo chicos se fueron tan rápido como un rayo, Spreen cerró  la puerta de su apartamento un poco más aliviado y se dirigió a ducharse.

.
.
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Spreen se había terminado de cambiar después de esa merecida ducha, su cabello seguía algo mojado y se lo tuvo que secar con una pequeña toalla.

Por un momento sus ojos se dirijeron a la ropa que se había quitado antes, la ropa que había elegido carrera para el, un leve sentimiento de culpa lo invadió.

Otra vez le había levantado la voz a Carrera, el primer amigo que tuvo, el amigo que nunca lo dejó solo en los solitarios recreos de la escuela, el amigo que lo defendió frente a sus padres exigentes y controladores, el amigo que le ofreció una habitación en su casa cuando estos mismos  lo hecharon a la calle, el amigo que lo apoyó en su proyecto que nadie más tenía fe que funcionaria, ese amigo que siempre estuvo y está para el.

Sintió como un nudo en su garganta se había formado, aveces no entendía como Carrera seguía a su lado, ¿como lo seguía soportando después de conocerlo sin esa máscara que mostraba a los demás? ¿cómo seguía para el después de siempre tratarlo cómo un idiota? ¿cómo simplemente seguía siendo su amigo después de todo?

El sonido de una notificación lo sacó de sus negativos pensamientos, su celular sono nuevamente en la mesita de noche al lado de su cama, Spreen agarró el móvil para ver si era un mensaje del hechicero y como si el fuera el él que hacía magia, adivino.

>> Holaaaa
>>¿no te moriste de camino a casa?

El ambiente pesimista en el cuarto y el nudo que sentía en su garganta se alejaron al solo ver el mensaje del hechicero.

Spreen se acostó un poco, un poquito emocionado, para contestar el mensaje del hechicero.

Lamentablemente no. <<

>> Medicate Spreen.

Yo no soy el que habla de magia todo el día. <<

>> jakskkaka
>> awww, me conoces tanto

Spreen se aguanto una pequeña risa ante el mensaje del hechicero. Era extraño, hace unos segundos se sentía la peor persona del mundo y ahora estaba completamente a gusto riéndose de las bromas tontas de Juan, ¿el hechicero tendría un hechizo exclusivamente para hacer sentir mejor a los demás después de un solo mensaje?

No lo sabía con certeza pero podria jurar que si.

O tal vez simplemente Spreen no quería admitir que Juan era una persona agradable y divertida con la que podias hablar. Y si era así, era entendible, ¿Por qué querría admitir que le estaba agrandando la persona que simplemente era una herramienta para conseguir su objetivo?

Eso definitivamente sería un problema, un tonto y doloroso problema.


¡¡¡¡Holaaaaa!!! ¿Cómo andan gente bonita? espero que bien

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¡¡¡¡Holaaaaa!!! ¿Cómo andan gente bonita? espero que bien.

Yo por mi parte siento que la escuela me va a terminar matando 😿. Pero aquí siempre puntual, sin nada más que decir les deseo un lindo día/tarde/noche.

𝘕𝘰𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘢𝘥𝘢. #𝙨𝙥𝙧𝙪𝙖𝙣Where stories live. Discover now