Prólogo: Segunda Oportunidad

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Advertencia

En caso de que no hayas visto el anime o leído el manga de Itazura Na Kiss abstente de leer este fanfic porque habrán spoilers. En caso de que aun así quieras continuar será bajo tu propia responsabilidad ;)




Cuando el techo colapsó sobre mi cabeza supe que sería el fin.

Tenía una pacífica vida como estudiante de secundaria, amigos de internet con los cuales compartía mi afici{on por la cultura otaku y unos padres cariñosos y comprensivos que respetaban mis peculiares gustos. Todo eso desapareció en cuestión de segundos cuando un potente terremoto azotó la ciudad.

Debido a que vivíamos en un departamento tuvimos que salir junto con los vecinos por las escaleras de emergencia. Mis padres me tenían fuertemente sujeta por cada mano, intentando tranquilizarme con palabras reconfortantes. Al quedar solo un piso por bajar pensé que estábamos a salvo, aquella ilusión duró solo unos segundos cuando las escaleras colapsaron y todas las personas cayeron unas sobre otras.

Un dolor agonizante en mis piernas y en mi hombro derecho me hizo retorcerme de dolor, estaba segura que me había fracturado algunos huesos. El dolor aumento cuando las pocas personas que se encontraban lo suficientemente ilesas comenzaron a emerger y salían a toda prisa del edificio, importándoles poco pasar por encima a los que estábamos heridos. Las pisadas en mi pecho y rostro hicieron que soltara chillidos y quejidos que fueron opacados en el mar de gritos, lamentos y polvo.

- ¡Papá! ¡Mamá! - llamé sollozando, esperando a que mis padres me salvaran. - ¡¿Donde están?! - me enderecé como pude, intentando ubicarlos entre la nube de polvo. - ¡¿Papás?!

Empezaba a asustarme.

Soportando el dolor, me arrastre  sobre los escombros y cuerpos inertes. Las lágrimas y gemidos salían sin parar de mis labios. Sentía que mi cuerpo quemaba y solo quería detenerme y descansar. Pese a todo seguí llamando a mis padres sin dejar de avanzar.

Por desgracia, mi búsqueda no resultó infructuosa.

El dolor que estaba experimentando no fue nada comparado al ver los cuerpos ensangrentados de mis padres. Grite llena de horror y me arrastré arañando el piso hasta llegar a ellos. Me bastó con ver sus rostros para saber que se habían ido. Mis gritos de pánico pasaron a convertirse en sollozos de lamento y me aferré a sus cuerpos con fuerza. Un fuerte crujido me hizo alzar la mirada, viendo el momento exacto en que el techo colapsaba sobre mi cabeza. En mi estado mental y físico no había forma en que pudiera salir con vida. Sin ninguna otra opción abracé a mis padres y cerré los ojos, aceptando mi destino.

Tras lo que pareció una eternidad volví a abrirlos. Mi confusión fue extrema al encontrarme en un espacio en blanco. Ni siquiera podía ver donde estaba de pie. Espera, ¡¿De pie?! Eso no podía ser posible. Estaba segura que mis piernas estaban rotas; pero no sentía dolor en ninguna parte de mi cuerpo y al inspeccionarme no parecía ni siquiera que hubiera sufrido algún accidente.

Solo, ¿Qué estaba pasando?

- Renata

Me paralicé al escuchar ese dúo de voces que llamaron por mi nombre al unísono. Sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos, me di la vuelta. Ver esos rostros sonrientes hizo que no pudiera retenerlas más y se deslizaran por mis mejillas.

- ¿Mamá?... ¿Papá?... ¡Mamá! ¡Papá!

Sin soportarlo más corrí hacia ellos, saltando a abrazarlos. Ambos me esperaron con los brazos abiertos y me devolvieron el abrazo con la misma intensidad.

No Tendré Una Relación TóxicaWhere stories live. Discover now