Capítulo 3: Vacaciones De Verano

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Han pasado cuatro meses desde que vine a vivir con la Familia Irie y finalmente me he acostumbrado.

- Date prisa, yo también debo usar el fregadero.

Ignorando el mal humor matutino del protagonista masculino le di una última mirada al espejo para comprobar mi apariencia y salí del cuarto de baño, recibiendo un portazo a mis espaldas. Sigue molesto desde que lo delaté con sus padres. Daba igual, valía la pena ya que desde que fueron conscientes de que su hijo se estaba descarrilando se volvieron más firmes con él y lo obligaron a asistir a terapia los fines de semana.

- "Me pregunto cuanto tardará en mostrar resultados." - pensé con curiosidad terminando de preparar el desayuno. Observé a la tía entrar al comedor todavía usando su pijama y soltando un bostezo. - Buenos días, Tía Noriko. El desayuno está listo.

- ¿Huh? Ustedes sí que se levantan temprano en vacaciones.

- Es porque Irie-san tiene práctica en el club de tenis y yo saldré con Moto-chan de compras.

Al haber obtenido el primer lugar en el Festival Deportivo, el puesto 40 en el examen de mitad de semestre y el puesto 36 en el examen, mi buen promedio me permitió ser transferida a la Clase B, ¡Lo había conseguido! Ahora solo debía esforzarme por mantenerme en esa clase y al salir de la escuela podría entrar a cualquier universidad sin que se me subestimara ni discriminara.

Estar en la Clase B sería más desafiante que estar en la Clase F y por eso decidí estudiar durante todo el verano para llegar preparada. Es por eso que después de ir de compras iría a la biblioteca con Motoki para que me ayude con la tarea de verano. Claro que eso no debía saberlo Irie-san o lo usaría de excusa para burlarse de mí.

- Buenos días, Kotoko Onee-san.

Yuuki apareció por el comedor con un cuaderno en mano. Debía tratarse de su famoso "Diario de Observación de Kotoko". Me pregunto si esta vez hablará bien de mí, quizás no, es un mini tsundere después de todo.

Cuando delaté a Irie-san con sus padres, Yuuki me apoyó y él mismo contó sobre cosas que lo vio hacer y decir sobre mí; además de contar que siempre ponía excusas para no pasar tiempo con él, algo que Motoki y yo confirmamos.

Saber que en verdad influencie a este niño para bien me hizo sentir muy orgullosa.

- Buenos días, Yuuki. - lo saludé terminando mi desayuno. - ¿Oh, qué es eso?

- ¡N-No es nada! - se apresuró en contestar. - Solo es mi investigación del verano.

- Ahora tengo más curiosidad, ¿Qué estás ocultando de mí? ¿Es algo vergonzoso? - bromeé con una risita maliciosa.

Comencé a acercarme a Yuuki con las manos extendidas con la falsa intención de quitarle su cuaderno. Esta acción hizo que el niño echara a correr echo un manojo de nervios y que yo comenzara a perseguirlo. Al final y de alguna manera la persecución se extendió por todo el salón principal.

- ¡Vamos, no seas tímido! ¡Onee-san quiere saber!

- ¡No! ¡Aléjate! ¡Tonta! - protestó huyendo de mí. Pese a sus palabras una sonrisa estaba plasmada en su rostro.

Desde hace un tiempo descubrí que Yuuki carecía de atención. Su padre siempre en el trabajo, su madre enfocada en mí y su hermano mayor concentrado en otras cosas. Debía sentir que lo estaban haciendo de lado. Es por eso que pese a decir que odiaba los abrazos que Motoki le daba y me llamaba tonta cuando yo lo trataba bien, seguía apareciendo en mi habitación todos los días para jugar con nosotras.

Todavía recordaba cuando en mi antigua vida era dejada de lado por mis compañeros debido a mis gustos extraños y que me consideraban rara al ser una otaku. Si bien en casa tenía el apoyo y el amor de mis padres y en internet tenía muchos amigos con los cuales conversar, lo cierto era que muchas veces me sentía muy sola.

No Tendré Una Relación TóxicaWhere stories live. Discover now