Capítulo 11: Honestidad

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Mientras iba en el tren eché una ojeada al libro que Matsumoto-san me recomendó para poder escribir el reporte que nos pidieron en clase y los tres primeros tomos del manga de Sailor Moonque tanto me recomendaron los chicos de mi club. Por suerte ese reporte era para dentro de un mes y podría leer el manga con tranquilidad en casa.

- Oye, ¿Qué tal si vamos a ver esa película?

- Oh, ¿"Corazón de Metal"? Parece bastante interesante.

- Sí. Es una historia de amor, y dicen que es genial para parejas.

No pude evitar escuchar la conversación de la pareja a mi lado y centré mi atención al cartel publicitario que adornaba una de las paredes del tren. Ahora recordaba que esa era la película a la cual la Kotoko original intentaba invitar a ver al protagonista masculino, siendo rechazada sin miramientos por Irie-san que según no le interesaba; pero que acabó yendo en su lugar junto a Matsumoto-san.

Pensar en Irie-san hizo que todo mi buen humor desapareciera. Todavía teníamos una charla pendiente.

Volví a mirar el cartel y una idea interesante llegó a mi cabeza.



...



- ¡Estoy en casa! - anuncié desde la entrada principal.

- Bienvenida a casa, Kotoko-chan. - me recibió Tío Shigeki con alegría. Era extraño verlo en casa a esta hora. - Nao llamó y dijo que vendría más tarde. Puedes usar el baño primero.

- ¡La cena pronto estará servida! - la voz de Tía Noriko llegó desde la cocina,

- Entiendo, ¡Gracias, tíos! - agradecí subiendo las escaleras.

Dejé mi mochila en mi escritorio y tomé todo lo necesario para dirigirme al cuarto de baño. El agua caliente se llevó todo el estrés acumulado en el día y salí más que fresca usando mi pijama. Me estaba secando el cabello con la toalla en dirección a mi habitación cuando vi a Yuuki al final del corredor. No lo había visto en todo el día y no pude evitar sonreír al verlo, ya queriendo decirle en que club me inscribí y que traje unos mangas para que lo leyéramos juntos. 

- ¡Ah! ¡Yuu...! - mis palabras murieron en mis labios cuando el menor corrió a encerrarse a su habitación sin siquiera voltear a mirarme. El fuerte portazo y el sonido inconfundible del pestillo siendo puesto me dejaron helada. - ¿Yuuki? 

Consternada por su actitud caminé hasta su puerta, tocando un par de veces. Al no obtener respuesta intenté girar el pomo; pero como era de esperarse no pude abrirla.

- ¿Yuuki? Oye, Yuuki. - toqué un poco más insistente. - Sé que estás allí, ¡Responde! 

Apoye mi oreja en la madera intentando escuchar algo, cualquier cosa, del otro lado sin éxito. Permanecí allí de pie por un tiempo indefinido, todavía con la esperanza de que el menor me abriría en cualquier momento. 

Pasados unos minutos supe que no lo haría.

- ¡Kotoko-chan! ¡Yuuki-kun! ¡La cena esta lista! - la voz de Tía Noriko se escuchó desde la planta baja.

Creí que Yuuki saldría ante el llamado de su madre y esperé.

Volví a estar equivocada.

Sintiéndome realmente confundida y dolida bajé sola las escaleras hacia el comedor.

- ¿Pasa algo, Kotoko-chan? - me preguntó Tío Shigeki preocupado cuando me senté en el asiento a su lado.

- Yuuki me ignoró. - decirlo en voz alta hizo que sintiera que me habían apuñalado justo en el corazón y mis ojos lagrimearon un poco. - "Diablos, ¿Esto es acaso alguna clase de karma por ignorar al imbécil?" - me lamenté en mis pensamientos.

No Tendré Una Relación TóxicaWhere stories live. Discover now