Capítulo 7: Examen de Ingreso

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Con felices saludos y palabras llenas de optimismo los estudiantes de mi escuela recibieron al último trimestre de nuestro último año escolar con los brazos abiertos. Era increíble la felicidad que se irradiaba desde que se hizo público que ningún alumno de nuestra escuela reprobaría este año.

Iba llegando con Irie-san, a unos metros de él claro está, cuando una voz llamando su nombre nos detuvo a los dos.

- ¡Hey, Irie! - con una gentil sonrisa el chico de lentes con el que con frecuencia se juntaba Irie-san llegó corriendo. - ¿Qué tal la pasaste en Navidad y Año Nuevo?

- Nada en especial. - contestó con desinterés para, tras pensar unos segundos, agregar. - Le compré una bicicleta a mi hermano. Estaba feliz.

¿Estaba feliz? ¡Yuuki estuvo eufórico por días! Esta mañana insistió en ir en ella a la escuela y no nos quedó de otra que permitírselo. Con supervisión, claro está.

- Eres un buen hermano. - comentó con aprobación para segundos después percatarse de mi presencia. - ¡Oh! Hola, Aihara.

- Buenos días, Watanabe-san. - saludé con una sonrisa, acercándome. - ¿Pasaste bien las fiestas?

El chico se animó de inmediato y empezó a relatar lo que había hecho con su familia durante esas cortas vacaciones. Desde que se me trasladó a la Clase 3-A todos fueron muy cordiales y amables conmigo; pero quizás fue Watanabe el único en ser cien por ciento genuino en querer establecer una amistad. De verdad que era un buen muchacho, con una personalidad gentil y mucha paciencia. No por nada soportó ser amigo del protagonista masculino cuando este aún era un imbécil.

Los tres nos dirigimos a nuestro salón conversando. Bueno, Watanabe y yo conversábamos, Irie-san se excluyó con rapidez caminando frente a nosotros, de vez en cuando mirándonos con una expresión de recelo y molestia, ¿No era él el que se excluyó a si mismo? ¿Por qué ponía esa expresión? Creí que su comportamiento estaba mejorando. Al parecer no.

- En tres meses seremos universitarios ¿eh? - comenté con un suspiro, todavía incrédula de que en verdad estaba pasando y que iba a dejar la escuela atrás para siempre. Desde que tenía uso de razón fue una tortura asistir a clases; pero en este nuevo mundo iba a extrañar estos corredores y mis compañeros y amigos que creé durante este año.

Al llegar vi al resto de mis compañeros sentados en sus respectivos asientos con sus miradas pegadas a sus libros de estudio. Debí imaginarlo. La mayoría de la Clase 3-A aplicará a la Universidad de Tokyo después de todo.

¿El protagonista planeará ir? Cuando visitamos el templo y Tío Shigeki hizo comentarios al respecto Irie-san guardó silencio escuchando con atención a su padre, a diferencia del anime donde fue brutalmente honesto con su idea de no aplicar, ¿Podría ser que mis palabras en serio lo hicieron recapacitar?

Al estar por sentarme vi de reojo un par de cabezas asomándose por la puerta. Se trataban de Satomi y Jinko. Sonriendo dejé mi maleta en mi respectivo asiento y salí al pasillo para saludarlas con un abrazo. Luego de que me pusieran al día con lo bien que la pasaron esa semana, su atención volvió a centrarse en mis nuevos compañeros.

- La Clase A está estudiando muy duro para los exámenes de ingreso. - comentó Satomi impresionada.

- Por supuesto, Irie-san está intentando ingresar a la Universidad de Tokio, ¿no? - teorizó Jinko.

- Sí, creo. - le contesté no tan segura.

- Para él entrar será pan comido.

Escuchando su conversación fije mi atención en Irie-san y Watanabe que platicaban sobre lo bien que se la pasarían en la universidad.

No Tendré Una Relación TóxicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora