Capítulo 12: Casamentera

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Solucionado mi problema principal con el imbécil era tiempo de poner en marcha mis planes. Era por esa misma razón que, aprovechando dos horas libres que tenía entre mis clases, vine a buscar a la persona que faltaba en mi grupo de amigos.

Miré una vez más la dirección que tenía escrita en una hoja de papel para verificar que la dirección era la correcta. Había buscado esta dirección en la guía telefónica virtual durante mis clases y esperaba no haberme equivocado al momento de escribirla.

Caminé un par de cuadras más hasta que encontré el lugar que estaba buscando.

- ¡Increíble! Es aún más impresionante en persona que en el anime. - pronuncié con la boca muy abierta al ver la gran mansión que se alzaba en frente de mí. 

Estaba tan ensimismada que no me di cuenta de la bajada hasta que fue demasiado tarde y terminé por estrellarme de cara en el suelo. Mi mochila salió volando y los papeles que llevaba dentro se desperdigaron por el suelo.

- ¡Por favor, no los pisen! - supliqué desesperada para comenzar a recogerlos, temerosa de perderlos.

- ¡Oh no! ¿Necesitas ayuda? - una dulce voz me hizo alzar la mirada, encontrándome cara a cara con una joven y hermosa mujer rubia de ojos azules que estaba acuclillada junto a mí, recogiendo los papeles del suelo con cuidado.  - Aquí, toma.

- Mu-Muchas gracias. - tomé los papeles de sus delicadas manos y ambas nos pusimos de pie. Al comprobar que estaban todos y se encontraban en perfecto estado dejé escapar un suspiro de alivio. - No sabes cuanto te lo agradezco. Me costó mucho tiempo hacer este reporte y me habría lanzado por la ventana de perderlo.

- No es nada. - agitó su mano restándole importancia con una avergonzada sonrisa. - ¿Te encuentras bien? Fue una fea caída.

Estuve a punto de decirle que me encontraba bien, que el golpe no fue tan grave y que solo me dolía un poco la frente; pero una idea surgió en mi mente y con fingido dramatismo me llevé una mano a la cabeza con expresión lamentable.

- ¡Ah! Ahora que lo dices. Me siento algo desorientada.

- Oh no, ¿Debería llevarte al hospital? - preguntó preocupada.

- No puedo. Debo presentar esta tarea en la universidad. - fingí un mareo, lo que la alarmó. - Aunque, si no es mucha molestia, ¿Podría pedir tu ayuda para llegar? Tengo miedo de desmayarme en el camino.

- ¡Por supuesto! Te ayudaré con gusto. - aceptó de inmediato con demasiada inocencia. Tendría que hablar con ella en un futuro sobre ser más precavida con los extraños.

- Muchas gracias, ¿Señorita...?

- Christine... Christine Robbins. Puedes llamarme Chris. - se presentó con una encantadora sonrisa.

- Mucho gusto, Chris-chan. Soy Kotoko Aihara. - le devolví la misma sonrisa. - Siento que las dos nos llevaremos muy bien.



...



- ¡Increíble! ¿Así que esto es una universidad japonesa? - con una mirada maravillada la joven miraba a todas partes contemplando el campus. - ¡Tu universidad es impresionante, Kotoko-chan! Debe ser genial estudiar en este lugar.

- Sí, es una buena universidad y la mayoría de mis amigos estudian aquí. De hecho, aún queda un tiempo para que inicie la siguiente clase. Vamos al comedor. Un amigo mío trabaja allí, haré que te prepare un platillo gratis en agradecimiento por tu amabilidad.

No Tendré Una Relación TóxicaKde žijí příběhy. Začni objevovat