𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐧𝐮𝐞𝐯𝐞

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Impostores.
Eren Jaeger.
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Año 850
Días después del atentado contra el
titán hembra.
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La fresca brisa de la noche hacía sentir mis párpados pesados desde hace una hora. Exhausto e incluso algo soñoliento, me mantenía sentado en aquella carreta que nos conducía hacia el distrito que aparento ser atacado por los titanes. El ambiente se mantenía tenso. Empezando por la incomodidad del pastor Nick en estar alrededor de nosotros, culminando con el capitán Levi hacia mí por el hecho de haber desobedecido su orden. Apenado impedía mirarle, aunque sentado aún lado de él se encontrará aquella rubia de ojos azulados cabizbaja, impedía por completo que la mirada tan fría e atípica del capitán se compartiera con la mía. Mirándola, no tenia con claridad lo que había sucedido. Si Gianna se había caído del caballo, o había atacado a alguien. Las razones se veían borrosas, pero el hecho de que ella se viera tan avergonzada me hacía sentir que algo extraño estaba pasándole, porque con un semblante tan frío y reacio, Gianna era escasa en demostrar sus emociones y viéndola fijamente, podía notar su pena. Su cabello estaba suelto, pero ella escondía sus mechones detrás de la oreja. No podía dejar de mirarla, hasta que la carreta se detuvo y nos mostró un distrito vuelto pánico.

Habíamos llegado. Todos nos levantamos a la par, aunque el pastor Nick fue retenido rápidamente por el capitán Levi, nos dieron paso para que nos bajáramos primero. De manera cautelosa me baje después de Armin, para detenerme en seco y ayudar a que Mikasa pudiera bajar con cuidado. Continuando con eso, Gianna se acercó y aunque ella de una manera testaruda esperaba bajar sin mi ayuda, no pude evitar el estirar mis manos para dirigirlas hacia su cintura y bajarla delicadamente hasta que sus talones tocaran el suelo. Aunque su respiración chocó con mi rostro y su cuerpo rozara el mío por un leve momento, Gianna pasó por mi lado para esperar ver como el capitán Levi bajaba de la carreta al pastor Nick de una manera brusca. Me quede parado, viendo las grandes filas de personas sobresalir del distrito. Entre ellos, mujeres y niños, aterrados, envueltos en pánico. El amargo sabor que digerí, me hizo recordar aquel día hace cinco años cuando me vi obligado a abandonar mi hogar. No supe que me había movido, la presión había sido tanta, que me hizo prevalecer el sentimiento de impotencia hasta que tocaron mi brazo delicadamente y al girarme, los ojos de Gianna me miraban.

—Andando, Eren.—me pidió Mikasa, mientras que me giré para acompañar a Gianna como a mis amigos, pude ver como el capitán Levi pateo la espalda del pastor Nick, obligándolo a caminar entre las personas que huían del distrito.

—Todos están mirándome.—musitó Gianna, notando como algunos soldados la veían fulminante.

—¿Te caíste del caballo?—le pregunté, pero caminando al interior del cuartel, me detuve para girarme y ver cómo Gianna se quedó detenida en seco, mirando a la gente huir.

—¿Así fue para ti, Eren?—me preguntó en un tono reacio, sus ojos transmitían tristeza.—¿Cuando destruyeron tu hogar?—su mirada intensa me hizo sentir un escalofrío, como si quisiera transmitirme algo más que eso.

—Chicos, hay que entrar.—fue lo que escuché de Armin, me giré para verlo en el margen de la puerta abierta, donde nos esperaba.

—Gianna, vamos.—la llame sutilmente, ella se veía aterrada, como si estuviera aturdida, jamás la había visto de esa manera.

—Mira mamá, la legión de exploración ha venido para salvarnos.—esbozó una niña con emoción, aferrada a su madre, nos vio y señaló contenta.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐒 ── 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 Where stories live. Discover now