Parte 15

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Giremos el escenario nuevamente, lector.

Jungkook se ha retirado y Tae ha terminado de vestirse con las manos y las piernas temblando, está por ir al hospital, camina hacia la puerta pero las fuerzas, las pocas fuerzas que le quedan, están a punto de abandonarlo.

Míralo, lector, puedes verlo? puedes percibir su dolor?

Nuevamente se ha equivocado.

Se sostuvo del picaporte y cayó de rodillas, un hombre como el que había salido de su departamento, no merecía ni siquiera una lágrima, pero era imposible, era imposible!

Se tapó la cara mientras lloraba a los gritos.

¿Por qué de nuevo? ¿Por qué a él? ¿El amor le estaba prohibido? ¿Por qué se sintió tan demencialmente atraído por un lobo? ¿Por qué había bajado la guardia de esa manera?

¡Le había dicho su nombre! ¡Le había dado la dirección de su casa!

Ya no estaba seguro de quien era Jungkook. Recordó cuando unos años atrás un psicótico acosador lo esperó a la salida del club y lo apuñaló. Se tocó inconscientemente la espalda, ahí, donde todavía residía la cicatriz. Donde guardaba las huellas de sus malas decisiones.

Era la segunda vez que le pasaba en su vida, la primera también había sido un amor a primera vista, uno de esos amores que lo dejan a uno sin respiración, que lo obnubilan. Lo amó tanto que no dudó en aceptar el trabajo que le dio en su club, tan sólo para poder verlo a diario. Cuando quiso darse cuenta, estaba trabajando para él... y prostituyéndose.

Bogum, el dueño del club, pronto se aburrió y lo cambio por otro.

Pero para él ya era demasiado tarde, la prostitución lo había ayudado a conseguir ese departamento y le estaba pagando los estudios universitarios. Un día lograría recibirse y abandonaría todo ese mundo.

Cuando creía que la construcción de V lo estaba ayudando a sobrellevar toda la inmundicia que lo rodeaba, llegaba Jungkook y despertaba a Tae.

Ahora Tae se arrastraba de vuelta al dormitorio. No podía llegar de esa manera para visitar a su pequeño salvador, necesitaba una cura para su alma.

Sacó la bolsita que tenía guardada en una cajita plateada, se paró frente al espejo, se obligó a sonreír, puso el polvo blanco sobre el dorso de la mano y lo aspiró.

El polvo ingresó por las fosas nasales causándole un dolor agudo en la frente. Cerró los ojos con fuerza y a los segundos comenzó a sentir como los latidos del corazón se ralentizaban, dando paso a una calma profunda, una calma anestesiante... si! eso necesitaba... ANESTESIA!

Se sonrió en el espejo, una lágrima cayó y la dejó seguir su curso, no la sacaría, era su último momento de luto por otro amor que lo destrozaba, cuando llegó al mentón y cayó al suelo, se secó el rostro, guardó la cocaína en su cajita y salió del departamento con la frente en alto, con la belleza corrupta en medio del rostro y una sonrisa que V había perfeccionado con los años.

*

Llegó al hospital y se anunció a las enfermeras.

Una de ellas le dijo que la doctora lo estaba esperando porque Jihoon estaba aun alterado.

La médica salió a recibirlo con una sonrisa que poco a poco se extinguió a medida que se aproximó al rubio.

—Está usted bien?

—Si doctora, muchas gracias por avisarme que mi amigo despertó.

—Está demacrado, ha estado descansando bien?

Streeper - kookV - COMPLETAWhere stories live. Discover now