Bromas

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—Muy bien Lana, puedes continuar —dijo Rex con una sonrisa tranquila.

La pequeña vio hacia un lado, podía ver a los bomberos intentar apagar un extraño y voraz incendio a unos diez metros de donde estaban. Más precisamente el consultorio de Rex se había incendiado por una de sus peleas.

—P-pero... —Intento disculparse ella con algo de culpa.

Rex rodó los ojos y le habló.

—Ya, ya déjalo así y sigue con el relato —dijo él de forma cansada.

Lana asintió y se puso a pensar. El psicólogo se golpeó la frente y se puso a esperar. Luego miró a la cuarta pared y habló.

—Seguro se preguntarán, ¿Por que los bomberos combaten con unos tentáculos hechos de fuego que salen de mi consultorio? Pues, verán... —Empezó a contar.

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Flashback.

—¡Lana ya deja eso! —habló Rex tirando de la libreta.

La pequeña jalaba con sus dientes de un lado de la libreta. No parecía querer soltarla.

—¡Grrrrrr! —gruñó como un perro.

Él se cansó y con un movimiento brusco jaló. Usó mucha fuerza, hizo que Lana saliera volando hacia el frente y aterrizará arriba de un estante con un letrero que decía "Peligro".

Se tambaleó un poco y notó que ya no tenía la libreta en su boca. Volteó a ver a Rex y vio que él la tenia en sus manos, se molestó mucho. Pero se enfureció al ver la sonrisa de victoria que él tenía en su rostro.

Apretó los dientes y sin pensarlo, le arrojó un frasco con un pequeño animal encerrado allí. El objeto dio de lleno en la frente de él y se rompió al instante.

Rex ahora tenía los ojos en forma de espiral y se tambaleaba de un lado a otro.

—Auuu... Como da v-vueltas el universo... —hablaba de forma rara.

Se recuperó al instante y vio a Lana. Estaba muy molesto.

—¡Oye ven aquí para que te de unas buenas...! —Notó que Lana temblaba mucho y que veía atrás de él. —¿Que te sucede?

—¡GROOOOOOOWWWLLLL! —un rugido a sus espaldas lo hizo voltear rápidamente.

—¡Un calamar de fuego! —gritó aterrorizado.

Rápidamente tomó a Lana en sus brazos y salió corriendo hacia la salida. Cuando llegaron al estacionamiento, se escuchó las sirenas de los bomberos acercarse.

Los tentáculos de la bestia salían por las ventanas y golpeaban a todo lo que se acercará al edificio.

De pronto su escritorio con todo y silla cayó enfrente de ellos, luego el diván cayó enfrente del escritorio. Bajo a Lana al suelo y le habló con optimismo.

—Muy bien, nada como una consulta al aire libre por mientras los bomberos combaten el fuego —dijo con entusiasmo y se sentó en su silla, sacó la libreta y se puso a escribir en ella.

Lana aun estaba pálida por el susto y tardó unos minutos en hablar. Cuando por fin pudo, preguntó.

—¿¡Q-que era esa cosa!? —gritó alarmada y se asustó mucho cuando vio que a las espaldas de Rex, a unos diez metros de distancia salían los enormes tentáculos del interior del edificio y levantaban por los aires a unos cuantos bomberos con todo y camión.

—Era mi mascota, había olvidado donde estaba y al parecer esta muy molesta... Pero descuida ya se le pasara el enojo —dijo él con nerviosismo. "Y si no se le pasa, pues... Ojala toda la ciudad tenga un seguro jeje" —pensó.

La historia de LanaWhere stories live. Discover now