Final parte 1: Locura e idiotez Vs. Repugnancia y egoísmo

38 1 0
                                    

La tensión se podía cortar con un cuchillo en ese momento. Nuestros cuatro heroes o lo que sean, miraban seriamente el gran castillo del terror que tenían frente a ellos. No sabían como apareció, ni como le hizo la genio esa para construir semejante cosa, pero una cosa si era segura... No les interesaba.

Rex miró con una sonrisa confiada el castillo. Seguramente tenía un plan para entrar al castillo sin que nadie saliera herido.

El psicólogo miró la edificación con detenimiento. Habían lo que parecían drones en el cielo, seguramente custodiaban desde arriba para evitar un ataque aéreo, también había un lago al alrededor del castillo, seguramente habían cocodrilos en el, las ventanas estaban un poco altas como para alcanzarlas y la puerta del frente... Estaba cerrada.

—Ni modo... —Rex se dirigió a los demás. —... Metal, ve a tocar la puerta para ver si hay alguien en casa. —Le ordenó al tipo raro con cabeza de dragón.

—Este... De acuerdo —Metal aceptó encogiéndose de hombros. Le habían pedido algo y lo cumpliría.

El chico de la sudadera roja caminaba a paso relajado hasta el castillo. Al llegar al lago, iba a sumergirse pero...

—¡GRWAAAAAAAA! —Una especie de anguila gigante salió de este y le rugió en su cara.

—¡AAAAAAH! —El pobre Metal salió huyendo, por poco lo atrapa el animal ese.

—Las gaitas suenan y dicen que me aman... —Cantó la anguila.

Metal no se rindió, iba a ver si esa puerta estaba cerrada, si o si. Se armó hasta los dientes, tomó un mazo hecho de piedra y se colocó una piel de zorro en la espalda. Parecía todo un bárbaro.

—¡Yop! ¡Yop! ¡Yop! —Dio un grito de guerra y emprendió la corrida hasta el lago.

Iba a dar un gran salto, pero se tropezó con lo que parecía ser... Un pequeño escarabajo.

—¡AAAAAAH!

(¡Splash!)

Cayó en el lago el pobre.

—¡AAAAAAH!

Rápidamente salio de allí, pues la anguila gigante casi lo muerde.

—Y vienes tu, y dices que me amas... —Volvió a cantar el animal ese.

Nuevamente Metal después de tomar un respiro por el susto, volvió a emprender la corrida hasta el castillo.

—¡Yop! ¡Yop! ¡Yop!

Pero antes de llegar, uno de esos drones dejó caer muchas canicas en el suelo, haciendo que el chico se parará en estas.

—No no no no no ¡No!

(¡Splash!)

Volvió a caer de cara en el lago. Un segundo después salieron Metal y la anguila, ambos estaban pegados de espaldas el uno al otro.

—Y vienes tu, y dices que me amas... —Cantaron ambos.

—¡Growwl!

—¡Ughmmmh! —Gritó Metal al ser engullido por el feroz animal. El cuál los agitó unas veinte veces hasta que lo mando a volar muy lejos.

Metal cayó unos veinte metros lejos de la posición del lago. Se levantó y parecía muy molesto.

—Ahora si —dijo con enojo para después irse a quien sabe donde.

Un minuto después.

(¡Bip!) (¡Bip!) (¡Bip!) (¡Bip!)

La historia de LanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora