EL ROJO ES EL SIGA

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Si, eran una buena opción. Las flores rosas con amarillas siempre daban un tono armónico. Más cuando se trataba de rosas. También junté un par de las famosa flor de nube para complementar, se vería maravilloso.

Steve ya no debía tardar en regresar y ayudarme a cargar todas estas flores de vuelta a casa, Peggy quedaría fascinada. Me alegraba estar aquí para celebrar su nuevo ascenso, obtenido gracias al anterior caso que su jefe creía que no podría resolver. La mujer se lo merecía.

Sentía la presencia de Stevie cada vez mas cerca, seguramente estacionado la camioneta. Aun le quedaba un largo recorrido para llegar junto a mi. Subir y bajar la pequeña colina que ocultaba este maravilloso claro repleto de flores y suave pasto. Era maravilloso. No podía creer que la gente no lo tomara en cuenta, solo por estar al lado de la carretera.

Justo cuando arranqué otra flor más y comencé a quitarle las espinas, un destello de luz a mi izquierda apareció llamando mi atención. Que era eso? Más bien...quien era eso. Podía sentir una persona...no...dos...si, dos personas. Pero no podía verlos.

-Que es lo que quieren?.-pregunté apretando los tallos de las flores entre mis manos.-Tiene dos segundos para responder antes de que me enfade.

Un silbido fue la única respuesta que obtuve. Pero no uno humano, más bien de un arma. Dicho disparo, se incrustó en mi cuello. Retiré el dardo con ira notando como un líquido verde fosforescente escurría de ella. Que rayos me habían inyectado?.

Di un paso adelante en dirección a la firma de energía humana buscando enfrentarlos, pero mis piernas fallaron al igual que mis brazos.

Las flores cayeron al piso desparpajadamente. No sabía a donde llevar mis manos, si a mi cabeza intentando mitigar el creciente mareo en ella o a mi corazón que latía cada vez más despacio.

Continué avanzando de forma errática hasta que una enorme luz blanca apareció por delante de mi cegándome por un instante.

Tropecé con mis lentos y pesados pasos cayendo dentro de aquella luz. Para ese entonces ya no podía ni respirar con normalidad, cuando algo me arrastró unos centímetros más dentro de aquella extraña utopía.

-Ell?.-escuché la voz de Steve a la lejanía.

-Aquí...-susurré como pude, pero aquella luz desapareció dejándome en ese extraño lado, mientras todo a mi alrededor desaparecía.

-susurré como pude, pero aquella luz desapareció dejándome en ese extraño lado, mientras todo a mi alrededor desaparecía

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-Si, ya le tengo.-escuché como un eco lejano la voz de un hombre.-No, aún no. Procederé a inyectar la segunda dosis de inmediato.

Abrí mis ojos con lentitud observando a mi alrededor. Parecía un departamento algo viejo, necesitado de mantenimiento pero a la vez moderno por los televisores. Una extraña combinación.

Espera.

Moderno?

En que año estaba?

Seguí el sonido de los pequeños ruidos típicos de una inyección. Observé a un hombre de espaldas sacudiendo una jeringuilla con ese maldito líquido verde radioactivo.

THE LOST LEGACYWhere stories live. Discover now