10. La ciudad otoñada

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Intranquilidad. Así se podía definir mi estado en aquellos momentos. Solo habían pasado diez días desde que aquella sombra me había marcado el brazo, pero yo me sentía como si hubieran pasado meses. Cansado por el entrenamiento y la maldición, confundido por todo aquello de ser el guardián de la luz del otoño, intrigado por los sentimientos que despertaba en mí Kaede, triste por mi padre, asustado por la lucha que nos acechaba. La nieve seguía cubriendo el pueblo, como si el invierno se hubiera adelantado, y Kaede me dijo que ya no podíamos esperar más.

Una gran puerta con cerrojo, sin nada más alrededor, nos recibió en la zona más profunda del bosque. Kaede la abrió con una llave que colgaba sobre su cuello.

—Adelante —me dijo—. Esta es la ciudad otoñada, donde siempre es otoño. Los guardianes permanecemos aquí hasta que nos toca actuar. En este lugar se ocultó tu padre. Es hora de que conozcas a los demás.

Akimitsu. El Guardián del Otoño.Where stories live. Discover now