Tras las presentaciones, Hiroto me pidió que le mostrara lo que era capaz de hacer. Sin embargo, por más que intenté repetir lo que tantas veces había practicado con Kaede, no logré hacer aparecer mi luz. Salí de allí tan decepcionado conmigo mismo que estuve deambulando por la sede hasta que un agradable aroma llamó mi atención. Una sala llena de lirios rojos apareció delante mí. El techo de cristal dejaba entrar el sol, que en ese momento se escondía en las nubes. Entre luces y sombras, el rojo cabello de Kaede se mimetizaba con el de aquellas flores creando un efecto precioso.
—¿Sabes lo que simbolizan estos lirios? —dijo de repente rompiendo el silencio.
Negué con la cabeza y me acerqué a ella.
—Las flores del infierno son consideradas el símbolo del Equinoccio de Otoño—. Me dedicó una sonrisa dulce. —Son flores hermosas, pero también venenosas. Están asociadas con la pérdida, el llanto, la nostalgia y el abandono. Aunque también se relacionan con la transformación, el cambio y la evolución. ¿Y sabes qué? —Se acercó más a mí y me miró directamente a los ojos—. Florecen en otoño.
Supe al mirarla que no estaba hablando solo de las flores.
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Akimitsu. El Guardián del Otoño.
FantasyEsta historia nació gracias a la lista de palabras del #Taletober2022 diseñada por @EcosDeTinta. Akimitsu es un chico de 18 años que vive solo en un pueblo de Japón. Dado que su padre desapareció de forma inexplicable cuando él tenía 4 años, su mejo...