12. La Sede

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—Kaede, ¿qué es eso? —pregunté señalando a un edificio que apareció ante nosotros en un claro del bosque. Sus paredes parecían estar hechas de cuarzo.

—Es nuestra sede —dijo ella con una sonrisa—. La sede de los Otordianes.

Me quedé mirando embelesado aquella construcción mientras observaba los colores del otoño reflejados en sus grandes ventanales.

—Es increíble —añadí sorprendido.

—Lo es —murmuró ella—. ¿Qué te parece si entramos y te presento a los demás?

—S-si. V-vamos —tartamudeé, nervioso.

—No te preocupes. —Kaede cogió mi mano—. Son un poco cascarrabias, pero buena gente. Ya lo verás.

Sin embargo, no era eso lo que a mí me preocupaba. ¿Acabarían ellos también abandonándome?

Akimitsu. El Guardián del Otoño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora