I: ¿Qué es todo esto? ★

133 23 31
                                    

Sangre, lago, muerte.

El recuerdo me atacó cuando guardaba un par de zapatos deportivos desgastados que tenía tirados en el suelo de la habitación y apilaba hojas de trabajo que estaban desordenadas encima de mi escritorio.

Debía entregar un reporte esa mañana y ahí estaba yo: descalza, con una camiseta gigante de One direction que solía usar como pijama y el pantalón de vestir que pensaba llevar al trabajo ese día.

Un desastre andante, como a Beck le gustaba llamarme.

Traté de vestirme lo más rápido posible mientras mi padre, en el piso de abajo, cocinaba huevos revueltos con tocino para el desayuno, y mi madre, exprimía naranjas para hacer jugo con tenue música de Elvis Presley fondeando la escena.

Sunny, un cachorro de apenas unos meses de Golden Retriever, mi perro mascota (era mío y de Beck, de hecho) corría por todo el cuarto y salía, luego volvía a entrar corriendo y volvía a salir. Beck decía que era un perro inquieto, yo decía que estaba loco, si.

Distintas hipótesis.

Pateé lejos el juguete en forma de hipopótamo con el que solía jugar todas las mañanas, y corrió aún más rápido para ir a conseguirlo.

Tomaba el frasco de.pasriolas de mi tocador cuando el recuerdo volvió a invadir mi mente.

Sangre, lago, muerte.

Esto pasó hace mucho tiempo, resulta que...

- ¿Lisa? -llamó mi madre desde el pie de las escaleras.

- ¡Ya bajo! -grité en respuesta mientras me rociaba perfume en el cuerpo.

Bajé las escaleras, igual que todas las mañanas, y me encontré a mis padres poniendo la mesa y a Sunny aguardando junto a su plato de comida, también era su hora de desayuno.

Me miraba con la cabecita inclinada, movía la cola de un lado a otro a un ritmo regular, y soltaba pequeños quejidos de vez en cuando. Me acerqué a la bolsa de su alimento y llené el pequeño traste hasta la medida, luego lo vertí en su plato y le di unas cuantas palmaditas en la cabeza.

Sunny empezó a comer muy gustoso y yo me senté a la mesa con mis padres, que estaban de visita.

- Esto huele delicioso, papá -dije tomando un pan tostado para untarle mantequilla.

- Come todo lo que quieras, linda -respondió llenando una chip de guacamole.

El desayuno transcurrió en silencio. Tras llenar mi barriga de fresco jugo de naranja recién exprimido y unos deliciosos huevos revueltos, el desayuno terminó y mi madre se ofreció a lavar los platos, así que yo llevé a pasear a Sunny antes de salir al trabajo.

Pero bueno, de seguro no estás aquí para leer cómo desayuno con mis padres, ¿O si? Esto, es un diario. Mi diario, para ser exactos.

Te advertí que no leyeras esto, y sin embargo, aquí estás. Vamos, todo el mundo sabe que no debes leer un diario personal, pero qué más da, ya estás aquí. Espero que no acostumbres leer diarios privados, no es de muy buen gusto.

Si estás leyendo esto, es porque probablemente lo robaste de la sala de evidencias de la policía de Raven Town, porque ahí es donde, bajo la guardia del mejor oficial de policía de todos los tiempos, el Jefe Martin Keller, estaba el documento que ahora lees tan concentrado. No estoy segura de cómo lo burlaste, pero has hecho un buen trabajo.

Originalmente era sólo el diario en el que escribía pistas, sospechas para mí investigación, pero al terminar de investigar el caso, decidí escribir unas cuantas cosas más, para que si alguien como tú, que toma diarios privados y los lee, tenga el valor de abrir este e indagar en su contenido, al menos se divierta un poco.

El diario de Lisa Morgan (En actualización) Where stories live. Discover now