XIV: De vuelta al cementerio ★

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Flashback: Entierro de los chicos.

La mañana es gris, húmeda y apagada. Llueve y el clima es especialmente frío. Todo acorde para un entierro. Hace algunas semanas, tres chicos de Raven Town desaparecieron sin dejar rastro. Nadie sabe cómo desaparecieron, sólo se sabe que por más que la policía los buscó por todas partes, nunca encontraron nada.

Levanto la mirada al escuchar la voz de mi hermana mayor sacarme de mis pensamientos.

— ¿Cómo estás? —pregunta sentándose a mi lado.

— ¿La verdad? —ella asiente— No muy bien —respondo viendo al frente con la mirada perdida entre los árboles que rodean el cementerio.

— Lo sé, es difícil. Alicia era mi mejor amiga. No lo estaba pasando muy bien las últimas veces que estuve con ella —continua la conversación.

— ¿En dónde están? —pregunto sin entender por qué han desaparecido sin dejar rastro.

— ¿Ahora? Fuera de este mundo. Por eso estamos aquí -dice Briana.

— Lo sé, pero ¿Sin cuerpos? ¿No te parece raro? —digo empezando a crear hipótesis en mi mente.

— No, no lo es. Quien quiera que sea el que lo haya hecho... Bueno, no tengo que decirlo.

— Pero hay algo que no me gusta. Fue todo muy repentino, creo que debería inves...

— No.

Briana habló más fuerte de lo necesario dándome una mirada de desaprobación.

— Esto no es un juego, Lisa. Si te metes en problemas, la misma persona que le hizo esto a los chicos te lo podría hacer a ti. Además, deberías tener más respeto por los chicos, no jugar al detective —dice con voz firme.

Durante los últimos días, cuando Briana me hablaba, notaba mucha frialdad en sus palabras. Ella siempre había sido una chica muy alegre y comprensiva, pero supongo que la pérdida de su mejor amiga podría cambiar a cualquiera.

Se aleja del asiento donde estábamos y me acerco a Beck, que está junto a su madre, quien se va en cuanto me ve llegar después de darme una sonrisa que no llega a sus ojos.

— Hola Beck, ¿Cómo estás? —pregunto en cuanto llego.

Beck únicamente me mira y vuelve a apartar la mirada. Nunca fué muy expresivo, pero jamás había llegado al grado de no hablar.

— Beck, por favor. ¿Me puedes decir algo? Llevas semanas sin decirme nada —pregunto con la esperanza de que hable conmigo.

— ¿Qué quieres escuchar? Es obvio cómo me siento —dice cortante.

— Beck, sabes que puedes hablar conm...

— Lisa, vete por favor. No estoy de humor, y no quiero hablar. Sólo quiero que te vayas, dejes de hacerme preguntas estúpidas y me dejes solo —dice con voz quebrada eso último.

Me levanto de donde estaba y vuelvo a mi lugar, donde ahora están todos sentados. Escuchamos algunas palabras de despedida hacia los chicos y después se lleva a cabo el entierro.

Un entierro de ataúdes vacios. Sin cuerpos. Los chicos se habían ido y ya no estaban ni siquiera sus cuerpos para ser enterrados.

Cuando termina, vuelvo a casa con mis padres y hermana, que empieza a hablar en el auto.

El diario de Lisa Morgan (En actualización) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora